La bajada permitiría a la concesionaria compensar la inversión necesaria para optimizar el equipamiento
El departamento de Comercio del Concello de Ourense trabaja para solucionar una de las "patatas calientes" que tiene entre manos, la plaza de abastos de A Ponte, un equipamiento que acaba de cumplir 30 meses cerrado después de su inauguración oficial tras la rehabilitación en la que se invirtieron unos dos millones de euros.
La responsable de Comercio desde finales de marzo, Flora Moure, busca alternativas y para ello encargó hace unas semanas un informe al asesor jurídico del Concello, cuyo contenido avala la posibilidad de reducir el canon anual que cobraría la administración en caso de encontrar una empresa interesada en asumir la gestión.
Esta reducción, según se explica en el informe, compensaría la inversión que la concesionaria tendría que realizar para optimizar el mercado. Según detalló Moure en una junta de área reciente, tras una pregunta del portavoz del PSOE en relación a la plaza de abastos, podría ser necesario mejorar los calentadores o la refrigeración de determinados puestos, entre otras cuestiones.
"En su momento, únicamente se pidieron informes para fijar el canon en función de los alquileres que había en la zona. Ahora, teniendo en cuenta que los dos concursos convocados han quedado desiertos, buscamos otras soluciones", señala Moure.
La edil de Comercio señala que el gobierno municipal mantiene abiertas varias alternativas para conseguir sacar partido del mercado, una demanda de los comerciantes y vecinos de A Ponte, que echan de menos el dinamismo que daba al barrio.
Una de ellas, según explica, podría pasar por optar por un procedimiento negociado, esto es, invitar a una serie de empresas directamente para exponerles las condiciones. No se descarta, sin embargo, volver a optar por un concurso abierto, como en las dos ocasiones anteriores. "Mantenemos abiertas todas las posibilidades", asegura la responsable de Comercio.
Sobre la mesa está también la posibilidad, ya hablada en varias ocasiones con el Ministerio de Fomento, que costeó la reforma, de redistribuir los espacios del mercado para hacerlo más atractivo. En estos momentos, existen ocho puestos prefijados (frutas, quesos, vinos, pescados, carne, charcutería, pan y delicatessen), una zona de bar y otra de degustación de productos. El propio alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, reconoció en varias ocasiones que la rigidez del modelo elegido en el proyecto no satisface a las empresas del sector.
