El autor, conocedor por su trabajo profesional y en la Administración de los problemas derivados de la necesidad de eliminar los residuos sólidos urbanos con las máximas garantías, reflexiona sobre la polémica planta de residuos de O Irixo

O Irixo: 'Nin facer, nin deixar facer'

Vista aérea de las instalaciones de Sogama, en Cerceda (A Coruña). (Foto: ARCHIVO)
En el año 1983, por iniciativa del que suscribe, con el privilegio de ser el primer director xeral de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente de la Xunta, se redactó con la colaboración del entonces Ministerio de Obras Públicas el 'Estudio de la situación actual de la gestión de residuos sólidos urbanos en Galicia y propuesta de líneas de actuación a corto y medio plazo', donde se ponía de manifiesto el grave problema medioambiental en la eliminación de los residuos sólidos urbanos, que prácticamente se realizaba exclusivamente en vertederos incontrolados (iniciaba su funcionamiento como controlado el de Bens), por lo que por prim
En el año 1983, por iniciativa del que suscribe, con el privilegio de ser el primer director xeral de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente de la Xunta, se redactó con la colaboración del entonces Ministerio de Obras Públicas el 'Estudio de la situación actual de la gestión de residuos sólidos urbanos en Galicia y propuesta de líneas de actuación a corto y medio plazo', donde se ponía de manifiesto el grave problema medioambiental en la eliminación de los residuos sólidos urbanos, que prácticamente se realizaba exclusivamente en vertederos incontrolados (iniciaba su funcionamiento como controlado el de Bens), por lo que por primera vez, se inició desde la Xunta una política de apoyo a los municipios, para la construcción de nuevos vertederos controlados por comarcas, para conseguir un mínimo de infraestructuras de servicio y eliminación que los hiciesen viables, con modestas ayudas económicas, consecuencia de la crisis de entonces (igual que ahora), pero sobre todo por estar creando una nueva Administración, en la que por cierto, pocos creían.

A este modelo no se sumó el Ayuntamiento de Ferrol, que se empeñó en promover una planta de compostaje y que pese a todas las reticencias técnicas y de dificultades de venta del compost, siguió adelante y, por evitar conflictos políticos, fue subvencionada por la Xunta con 600.000 euros, para una inversión de 2,4 millones, resultando como era de esperar un absoluto fracaso.

En 1993, como consultor del Banco Mundial, tuve la satisfacción profesional, de redactar los anteproyectos para la solución integral de residuos sólidos urbanos, para 15 ciudades de México, la mayoría de ellas, en la frontera con EEUU: Tijuana, Ciudad Juárez, Reynosa, Matamoros, etc., y para una población de seis millones de habitantes. En este trabajo, después de analizar los modernos tratamientos de eliminación de residuos urbanos; incineración y compostaje, se optó por el vertedero controlado como solución más económica y acorde con su nivel de desarrollo de entonces.

De los años 2002 a 2005, participé en un programa similar en la República de Montenegro, que se tradujo en asesorar la construcción del primer vertedero controlado del país, para los municipios de Budva, Kotor y Tivat, una vez resueltos graves conflictos sociales sobre su ubicación, y redactar el anteproyecto del de Ulcinj, municipio limítrofe con Albania.

Desde entonces, no he vuelto a realizar trabajos profesionales sobre residuos, pero sí estoy inmerso en el desarrollo de las energías renovables, y como consecuencia he seguido muy de cerca la elaboración del Plan de Energías Renovables 2011-2020, que fue aprobado el 11 de noviembre pasado por el anterior Gobierno, y que dedica un capítulo al sector de los residuos, contemplando como es lógico, su valorización energética.

De esta extensa introducción, resulta claro que el tema de los residuos algo me suena, y por mi profesión y responsabilidad empresarial sigo con mucho interés la polémica que acaba de iniciarse sobre el proyecto de probable instalación en Irixo, del Complexo de Tratamiento de Residuos do Sur, previsto en el Plan de gestión de residuos urbanos de Galicia 2010-2020, aprobado en el Consello de la Xunta de 13 de enero de 2011.

Por lo expuesto, y en base a los planes citados, puedo afirmar hechos evidentes, que no admiten discusión:

-Los habitantes de Galicia, producen de media 1,2 kilos/día de basura, que hay que tratar y eliminar.

-Sogama, que trata más del 80% de los residuos, está en el límite de su capacidad en la eliminación por valorización energética, por lo que tiene que desviar casi 400.000 toneladas/año, al vertedero controlado de Areosa.

-Nostián, en A Coruña-As Mariñas, y la planta de Lousame, de la Mancomunidad del Barbanza, están al límite de su capacidad, con muchos problemas de funcionamiento y salida del compost, mientras que su similar de la Mancomunidad del Morrazo está parada.

-El nuevo Plan de gestión de residuos de Galicia, que promueve la descentralización de las plantas de tratamiento, contempla la instalación de un gran complejo en el Sur, con una inversión de 230 millones de euros, prevista con financiación privada y funcionamiento parecido al de Sogama, es decir con valorización energética.

-La eliminación de residuos mediante valorización energética es una opción mejor que la simplemente realizada en vertederos.

-En Europa, la principal vía para valorizar energéticamente los residuos de competencia municipal, es la incineración, cuyas instalaciones deberán cumplir la Directiva 2000/76, (en España, transpuesta por el RD 653/2003), que establece unos valores límites de emisión muy exigentes y una alta periodicidad de la medición de emisiones al aire que la tecnología actual permite cumplir con total garantía.

-Que recientemente se han construido 17 incineradoras que tratan de 300 a 800.000 T/año: 8 en Asia, 6 en China, 1 en Japón y Taiwán, 9 en Europa, 2 en Francia y Reino Unido, 1 en Bélgica, Irlanda, Hungría, Italia y España, concretamente la ampliación de Mallorca.

-Los países europeos que combinan altas tasas de reciclado y de incineración (Alemania, Bélgica, Suecia, Dinamarca y Holanda) necesitan llevar a vertedero muchos menos residuos sin tratamiento, por lo que la incineración es un modelo de gestión de los más avanzados, y en los últimos años su número en Europa se sigue incrementando.

-La tendencia de la legislación europea es a reducir el depósito de residuos en vertedero, sobre todo en los países del Este, desde Bulgaria con una tasa de vertedero del 100%, a Polonia con el 78%.

-En la actualidad existen en España 10 incineradoras, siendo la de Sogama la mayor de todas, y cuyo funcionamiento y repercusiones medioambientales y sobretodo de desarrollo para el ayuntamiento de Cerceda, puede comprobarse con una simple visita.

-La incineración en España sigue suscitando oposición pública, debido a un desconocimiento generalizado sobre la madurez de las tecnologías.

-La venta del compost obtenido en los sistemas de tratamiento y eliminación de residuos por compostaje resulta muy difícil ante el temor de que pueda estar contaminado.

Ante estos hechos, irrebatibles, se puede concluir fácilmente:

-El sistema actual de la eliminación de residuos sólidos en Galicia mediante el modelo centralizado de Sogama (que yo conozca, no hay otro en el mundo similar) tal como propone el nuevo Plan de la Xunta, debe modificarse por uno descentralizado, con la instalación de al menos de otro complejo en el Sur.

-Dando por hecho el fomento de la reutilización y el reciclado, los únicos sistemas de eliminación de residuos son el compostaje, la incineración y el vertedero controlado.

-En Galicia resulta urgentísimo la instalación de un complejo en el sur, que deberá optar por estos sistemas y tendrá que ubicarse en una parte del territorio de algún municipio, por tanto si no se quiere en Irixo, ¿dónde están las alternativas?

-La solución de la incineración es la más avanzada y cuenta con tecnologías maduras para la valorización energética y de depuración de los gases, que garantizan los niveles de emisión exigidos.

-En la situación económica actual, sería muy difícil, encontrar promotores privados interesados en desarrollar el complejo del Sur.

La existencia de un proyecto industrial vinculado al concurso eólico, para promover esta planta en Irixo, además del apoyo municipal ya manifestado, deberá contar también al máximo con el de la Xunta, agilizando los trámites administrativos y demás medidas que procedan.

En resumen, la polémica iniciada, como siempre en nuestra tierra: nin facer, nin deixar facer.


(*) EXDIRECTOR XERAL DE

Urbanismo y Medio Ambiente de la Xunta y director xeral de Energía de Galicia S.A.

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