El fiscal le rebajó la pena a cinco años de cárcel, petición a la que se sumaron la defensa y la víctima

Un joven reconoce que quiso matar a su exnovia a navajazos

Javier Rodríguez García, ayer en el juicio celebrado en la Audiencia de Ourense. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Javier Rodríguez García, de 26 años, admitió ayer en la Audiencia provincial de Ourense, con repetidos monosílabos, haber acuchillado a su expareja, A.F.C., tras esperarla, en la madrugada del 2 de julio del 2009, en el portal de la vivienda de esta última ubicada en el municipio de Verín.
Durante la vista de ayer, el procesado -en situación de prisión provisional desde el día posterior a los hechos- reconoció, respondiendo al Ministerio Público, haber tirado a la víctima al suelo cuando iba acompañada de F.J.R.F., haberle asestado siete navajazos (alguno en el cuello) y haber huido del lugar ante los gritos de auxilio. También admitió, además, haber mantenido una discusión con A.F.C. siete días antes en el domicilio de los padres de ésta y haberla amenazado con una navaja en el cuello al tiempo que le decía: 'Te mataría pero no merece la pena'.

Por los hechos, el Ministerio Público reclamó para el procesado una pena de cinco años y medio de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa (teniendo en cuenta la atenuante de confesión y la circunstancia agravante de parentesco), 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad por un delito de amenazas, y el pago de una indemnización a la víctima de 50.163 euros (ya le abonó 7.000 euros). También deberá ingresar al Sergas 320 euros por los gastos sanitarios que originó la asistencia a la víctima.

En un principio, sin embargo, el fiscal solicitaba ocho años de cárcel por el delito de tentativa de homicidio. La acusación particular, por otra parte, reclamaba 12 años de prisión al entender que los hechos eran constitutivos de un delito de asesinato en grado de tentativa y dos por otro de maltrato. La defensa, no obstante, pedía dos años de prisión por un delito de lesiones. Finalmente, tras la confesión del encausado, y después de que todas las partes -defensa, acusación particular y el actor civil (Sergas)- se adhirieran a la petición del fiscal, que rebajó la pena, el procesado se enfrenta a una pena de cinco años y medio de cárcel (lleva casi dos en prisión provisional) y a 60 días de trabajos para la comunidad.

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