Una persecución digna de una película de acción con tiroteo incluido. Esta es la escena que describió ayer la fiscal en el juicio seguido en el Penal 1 contra Rui Jorge G.C. y Venicio Cleper S.R., acusados de atentado (el primero también de un delito contra la seguridad vial).
La persecución de la que fueron objeto los inculpados por distintas carreteras de Celanova sólo tenía como fin eludir un control de la Guardia Civil, ya que el conductor del coche iba ebrio al volante.
Los hechos sucedieron alrededor de las nueve y media de la mañana del tres de junio de 2011 cuando los acusados iban en un BMW Z-4 por la OU-531, con dirección a Cortegada.
Una patrulla de la Guardia Civil, que realizaba un servicio de identificación de vehículos y ocupantes, les dio el alto. Según relataron ayer loa agentes, los inculpados pararon el coche pero la persona que iba de copiloto, Venicio Cleper S.R., quien fingía que iba dormido, sacó una pistola de entre las piernas -ellos dicen que era un teléfono móvil- y la exhibió ante los agentes al tiempo que el conductor se daba a la fuga a gran velocidad. Esta situación provocó que uno de los guardias civiles realizase un disparo a la rueda del coche que no impidió que el coche fuera dando bandazos por distintas carreteras hasta que finalmente se detuvo en Freás al no poder continuar la marcha por el estado de la rueda.
El conductor dio 0,97 y 1,05 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, en las dos pruebas realizadas.
El fiscal reclamó año y medio de prisión para el copiloto y un año y nueve meses de cárcel para el conductor.
Los hechos sucedieron alrededor de las nueve y media de la mañana del tres de junio de 2011 cuando los acusados iban en un BMW Z-4 por la OU-531, con dirección a Cortegada.
Una patrulla de la Guardia Civil, que realizaba un servicio de identificación de vehículos y ocupantes, les dio el alto. Según relataron ayer loa agentes, los inculpados pararon el coche pero la persona que iba de copiloto, Venicio Cleper S.R., quien fingía que iba dormido, sacó una pistola de entre las piernas -ellos dicen que era un teléfono móvil- y la exhibió ante los agentes al tiempo que el conductor se daba a la fuga a gran velocidad. Esta situación provocó que uno de los guardias civiles realizase un disparo a la rueda del coche que no impidió que el coche fuera dando bandazos por distintas carreteras hasta que finalmente se detuvo en Freás al no poder continuar la marcha por el estado de la rueda.
El conductor dio 0,97 y 1,05 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, en las dos pruebas realizadas.
El fiscal reclamó año y medio de prisión para el copiloto y un año y nueve meses de cárcel para el conductor.
