EN CLAVE OURENSE

La calle ya no se calla

Las calles, bulliciosas, guardaron silencio durante años. Ahora el murmullo se ha vuelto consigna, la pancarta es el parasol y la conversación se ha vuelto exigencia. La calle ya no se calla.

Lunes, 16 - En la calle nos estamos retratando

Las calles se están poblando de disconformes, que no es lo mismo que descontentos. La calle es mía, dijo Fraga en 1976 sin sospechar que ni entonces ni después llegó a adueñarse de las avenidas, sí de las corredoiras, su granero de votantes. En Barcelona piden la libertad de sus presos. Sí, sus presos. El posesivo denota más cercanía, propiedad. No es lo mismo decir los presos que nuestros presos. No es lo mismo decir los mártires que nuestros mártires. El martirio reconforta poco a quien lo sufre, pero ejemplifica a la grey y le anima a seguir. Su ejemplo es pasional, no hacen falta razones y por eso se puede voltear la realidad hasta hacernos creer que la justicia es la represión y que quienes la vulneraron a sabiendas, unos mesías cuyo mandato está muy por encima de las leyes de los hombres. Mi reino no es de este mundo, dijo Jesús. Estas leyes no me valen, solo valen las mías, se oye por el este peninsular. Como Dios. Las calles decía, también se han llenado de pensionistas pidiendo pensiones dignas. Al contrario que en Catalunya, aquí hay amplio consenso: las prestaciones están lejos de cubrir las urgencias vitales de sus perceptores. Por eso se pide que sean dignas, sin que se sepa muy bien cuál es el precio de la dignidad o quién le pone el precio a la dignidad de las pensiones. El Gobierno dice que dignidad es igual al 0,25% de subida sobre lo que cobran. Es una forma de verlo, lástima que sólo lo vean ellos. Dicen los sindicatos que como mínimo deberían subir el IPC para equipararse al coste de la vida. El año pasado el indicador reflejó un incremento del 3%, con lo que sobre una pensión media en Ourense de 675 euros el incremento reclamado sería unos 20 euros mensuales. Sin duda más que los 1,6 euros  actuales, pero insuficientes para  sacar a la gente de las calles. A lo mejor es que la calle es ya ese circo romano donde el público pedía al César ajusticiar o perdonar al gladiador según la posición del dedo pulgar. La calle se está convirtiendo en el desahogo de las miles de frustraciones también engordadas durante la crisis. Algo sabrá de ello este Gobierno. Catalunya, los pensionistas y hasta los cazadores han salido a la calle. Piden estos últimos que se les deje cazar. Se abre la veda en las calles, cuidado con la munición.

Martes, 17 - Nunca sabes dónde hay un Casanova

Giacomo Casanova anduvo de tálamo en tálamo labrándose fama de irredento amante. Lo logró y su halo le sobrevive hasta nuestros días. Era la Italia de la primera mitad del siglo XVIII. Estos días el celebérrimo amante recobra actualidad porque un museo en Venecia pretende perpetuar su fogosidad. Casanova tuvo que escapar de la ciudad al menos en tres ocasiones porque corría serio peligro de ser pasto de la ira de maridos despechados. Persigue a tiros a un hombre al sospechar que era el amante de su esposa, leemos en La Región. El detenido, vecino de Oimbra, lo esperó con una escopeta y lo siguió hasta A Gudiña. No sé por qué durante un momento se me ocurrió relacionar ambos casos. 

Miércoles, 18 - Un ejemplo para ganar autoestima

Coren, seis mil familias, más de mil millones en ventas, mercados en cincuenta países y demás galones, se siente más cómoda en los tendidos de sombra que bajo la canícula. Es, aun con esa característica, "la empresa" en Ourense. Creada hace más de medio siglo por Eulogio Gómez Franqueira, es hoy una mercantil con altísimas capacidades. Pocas palabras sobre su historia porque el fenómeno está muy estudiado. Es, sí, la antítesis de nuestra personalidad: una cooperativa en la provincia del minifundio, el recelo, la división y el individualismo. Es la empresa que le ha torcido el pulso al refranero: ave de pico no pone al amo rico.  Y fueron los pollos y los huevos el germen del éxito. Acaba de presentar Coren  una nueva línea de productos en alianza con una empresa catalana centenaria como La Selva. Ambas sociedades, distintas, se complementan. La ourensana, que pilota Manuel Gómez Franqueira, ha demostrado agudeza en la búsqueda de la colaboración. Pero, después de todo, Manuel lo que ha hecho es aplicar la máxima de una empresa: a la viabilidad por la rentabilidad. Y eso solo se consigue dando beneficios y teniendo las cuentas saneadas. El presidente de Coren hasta citó a Warren Buffet en la presentación de los nuevos productos: "Las empresas solo tienen que tener en cuenta tres principios: el primero es ganar dinero, el segundo ganar dinero y el tercero, también ganar dinero". No se han encontrado empresas con futuro con su cuenta de resultados en rojo. Coren es un trasatlántico en una provincia llena de chalupas mentales. Es el estímulo para romper con las cadenas que arrastra esta provincia aún hoy: los complejos y la falta de autoestima.

Jueves, 19 - Ya no hay quien apague la mecha

Sigue la huelga de la justicia, desbocada, alocada. El enfrentamiento que comenzó como un pulso con la Xunta, está salpicada de daños colaterales y fuego amigo. Una disputa por dinero prendió la mecha. Solo la apaga más dinero. Público, por cierto.

Viernes, 20 - Malos presagios para las pensiones

Aumentan a 52 las parroquias de la provincia con alto riesgo de incendio. Qué poco tiempo ha pasado, qué poco cambia todo. Qué cerca está el verano ya. Qué cerca están ya los incendios, qué cerca su demagogia y sus soluciones imposibles. Qué cerca el problema, qué imposible la solución.

Sábado, 21 - Una mancha demasiado grande

Asaltan a golpes a una mujer de 88 años en Taboadela. Se hicieron pasar por trabajadores de una empresa eléctrica y se llevaron 600 euros. No contentos con el botín, le dejaron heridas en el cuerpo  y en la dignidad. Las del alma son heridas difíciles de curar, esas que la señora no perdonará fácilmente.

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