La acumulación de aspirantes y un fallo informático generaron malestar y las críticas del PP
La apertura del plazo de matrícula para la inscripción en los cursos de la Universidad Popular levantó ayer quejas entre los aspirantes a cursillistas, primero por las colas que tuvieron que hacer a lo largo de la Praza de San Martiño y adyacentes, y después, por el fallo telemático que impidió durante un tiempo la matriculación online, modalidad introducida este curso para facilitar el trámite.
La larga cola repite fotografía, la del mismo días de 2013, cuando los aledaños de la Concejalía de Educación volvían a desbordarse de personas ansiosas por matricularse, porque, como este curso, pueden escoger materia los que primero se inscriban, en lugar de apuntarlos a todos y adjudicar los cursos por sorteo, como propuso ayer la concejala popular Belén Iglesias, que criticó las molestias causadas a los beneficiarios de los cursos.
La edil, que acudió a la cola para interesarse por lo sucedido, precisó que había vecinos desde las 7,40 horas aguardando por la matrícula, pero las oficinas de la Concejalía no se abrieron hasta cerca de las diez de la mañana, para disgusto de los que esperaban. Además, la modalidad de matrícula por internet falló, generando, dice, aún más malestar, aunque fuentes del gobierno local precisaron que el fallo sólo duró unos minutos, de forma que a las 9,36 horas estaban ya matriculadas más de mil personas.
El gobierno local negó ayer enfado en los que aguardaban en la cola, pero Belén Iglesias precisó que el malestar era evidente, entre otras razones porque muchos de ellos tenían que marcharse a trabajar y algunos, pasadas las 11 de la mañana, seguían aguardando por la matrícula. Mientras, precisó Iglesias, la concejala responsable del departamento, "que no tuvo reparo en citar a media mañana a los conserjes de colegios para darles un pin que los identificase como empleados municipales y no de la Xunta, no acudió hoy (por ayer) a dar la cara ni explicaciones a los vecinos". Critica, asimismo, que se optase por una empresa externa para instalar el programa informático, cuando, dice, hay suficientes técnicos en el Concello.
