entrevista

Leonardo Lemos: "Ourense siempre ha sido cantera de misioneros, ahora la misión está en casa"

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photo_camera Leonardo Lemos Montanet, en su despacho del Obispado.

El Obispo de Ourense, Leonardo Lemos, que Ourense "resiste mejor la crisis de fe que otras provincias"

"Ourense siempre ha sido una gran cantera de misioneros -recuerda Leonardo Lemos (Fene, 1953)- Pues a algunos ya los he tenido que llamar y decir: 'Venid de vuelta, que la misión la tengo en casa". Son tiempos complejos, y el obispo de Ourense confiesa que le incomoda la ostentación que desprende la sede del Obispado. "Si yo hubiese tenido que afrontar la restauración de este edificio, que amenazaba ruina, los criterios hubiesen sido totalmente diferentes. La elegancia no riñe con la sencillez". Apuesta por la transparencia -las cuentas de la institución son públicas desde hace tres años-,  facilita la conciliación a sus trabajadores -los define como "mis colaboradores" a la vez que rechaza que fichen- y tiene claras las luces y sombras de su pontificado, que cumple siete años en diciembre. 

Define el Sínodo como la gran alegría de esta etapa -"2.000 personas colaborando...es un chute de adrenalina-, sitúa como sus grandes preocupaciones al rural -"nuestros dirigentes deberían apostar de una vez por él," y al drama demográfico. Un escenario que desemboca en unas iglesias cada vez más vacías -"aunque Ourense resiste mejor la crisis de fe que otras provincias"-, bajada del número de contribuyentes y complica, todavía más, la gestión del enorme patrimonio eclesiástico. Factores todos ellos que tensionan la economía interna de una Diócesis que cuando aterrizó rozaba la bancarrota:  "Era una situación compleja. Imagínate que llegas a un hogar y hay descontrol, donde unos cuantos invierten en unas cosas y no en otras que deberían...". Las cuentas han sido saneadas, y aún así  tienen 300.000 euros de déficit.

"Sufrimos pobreza estructural", “el dinero no viene del cielo", "nos cuesta llegar a fin de mes". Leyendo sus declaraciones, parece el gestor de un hogar español medio. 

Y es así. Esto es como un divorcio. Querría potenciar los centros pastorales, las casas parroquiales...es imposible. Te pones a hacer un planteamiento y te asustas. El patrimonio es uno de los gravísimos problemas que tengo. 

Todas las semanas le llegan SOS.

Y es algo que no entienden algunos políticos. Y es una pena. Que no entiendan que las administraciones públicas nos debe ayudar.

¿Falta colaboración?

No me puedo quejar, pero podría tener más. Los concellos tienen disposición, pero sin liquidez. 

Cada año la situación empeora.

Y las iglesias, cada vez más desprotegidas. Se quejan de que están cerradas. ¿Pero qué hacemos? Los templos más significativos deberían tener un horario de apertura. 

Es clave para el turismo.

Sí, ¿pero cómo hacemos? Hay que potenciar el voluntariado. No hay nóminas… Es como el proyecto de las casas rectorales para inmigrantes. No ha pasado del papel. Hemos ofrecido lo que tenemos, pero no podemos invertir lo que no hay.

¿La crisis ha bajado a la calle a la Iglesia?

Yo creo que no solo la Iglesia. A todos los niveles. 

¿Menos despacho y más calle?

No hace falta que nadie nos lo recuerde. Tras el Concilio Vaticano II, la visión nos cambia totalmente. Ese es el factor clave, no la crisis. Lo demás pueden ser interpretaciones. Pero la clave está ahí. 

Si la Iglesia Católica nació contra el establishment y luego se adobó con el poder, ¿en estos tiempos tan líquidos no podría recuperar la rebeldía?

¿La Iglesia se acercó al poder, o el poder instrumentalizó a la Iglesia? No es el momento en el que la Iglesia deba ser protagonista, sino sus hijos. No sé qué ha pasado, pero la sociedad está cada vez más tensa. 

Se rompe la Transición.

Lo dicen muchos, y pueden tener razón. La Transición ha sido una realidad emblemática para España. 

La iglesia debe estar en izquierda y en derecha. Pero los estamentos eclesiásticos siempre han ido de la mano...

¿De la derecha? No sé que le diga. 

Hombre. Con el PP.

Si le llama derecha al PP...

Centro derecha. 

Me dirá. Los obispos han sido muy críticos con los gobiernos del PP. 

Críticos desde más a la derecha. Pidiendo restringir el aborto, anular el matrimonio gay...

Por eso, y por otras cosas de índole social. Pero siempre diálogo. A veces fluido, a veces tenso... también con los gobiernos que usted dice. 

¿Y con Sánchez?

De momento, poco tiempo. Está el incidente con el general Franco, que tampoco afecta a la Iglesia...

¿Cuál sería su postura ahí? 

Somos gallegos. No conviene tocar a los muertos. No hacen daño. 

¿Lo dejaría ahí?

No conviene convertirlos en fantasmas. ¿A quién le molesta ese señor?

Evidentemente, a bastante gente.

Sí, pero una gran mayoría ha pasado olímpicamente del tema. Y ahora se ha generado un enfrentamiento... en un periódico he leído una esquela pidiendo oraciones por Franco, algo inaudito desde hace mucho. ¿Por qué pasa esto? 

¿Tiene miedo a lo que viene?

Lo siento por la gente que está tan tensa. Y mientras estamos con estas cortinas de humo, nos olvidamos de los grandes problemas de España. 

Uno de los problemas es los casos que se están destapando de abusos a menores en la Iglesia. 

El año que viene hace 40 años que soy sacerdote. Nunca he sufrido tanto como en estos últimos meses, pensando en que hombres de Iglesia hayan podido hacer acciones ignominiosas. Una de las cosas más horrorosas que he vivido. Mi diagnóstico es claro: tolerancia cero. 

Gil Tamayo ha reconocido un silencio cómplice. Parece claro que han fallado muchas cosas.

Evidentemente en ese momento...pero entienda una cosa. A mí, y a los curas de hoy, no se les puede escupir por los errores de ayer, que son inasumibles y que hay que solucionar.

El pasado va a seguir saliendo. Y la imagen de la Iglesia, dañada. 

Algo que ha acontecido hace 30-40 años... es terrible. Pero, a veces, parece una caza de brujas. En todo Occidente, solo la Iglesia Católica ha elaborado un protocolo contra los abusos a menores tan firme. Y da la sensación que no se valora. 

Se hizo como reacción.

Pero se hizo. No quiero con esto que se relativice, los testimonios son durísimos, espantosos. El daño que se está causando y que seguirá causando a todos… es un tema dolorosísimo.

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