El que fuera subdirector de Interviú desde el primer desnudo, hace memoria por la querella del marqués de Villaverde, el pubis de Marta Chávarri y otras anécdotas de la revista que echa el cierre
El día que indultaron al famoso bandolero Eleuterio Sánchez "El Lute", el Consejo de Ministros hizo lo propio con un niño de la posguerra natural de Piñeira de Arcos al que le "cabrea" cumplir años, Luis Otero. Subdirector de Interviú desde el primer desnudo, hace memoria por la querella del marqués de Villaverde, el pubis de Marta Chávarri y otras anécdotas de la revista que echa el cierre.
"No te vayas a pensar que soy un vago, me acuesto muy tarde y por eso necesitaba un café antes de charlar", avanza antes de arrancar.
En Interviú también "cerraba" tarde...
Sí, y muy a gusto.
¿Qué le parece este adiós?
Se veía venir. Tiraba 20.000 ejemplares y en mis tiempos lo normal era un millón, a veces más. Los tiempos evolucionaron desde hace 40 años. No se puede hacer hoy la Interviú de aquella época. La sociedad evolucionó mucho y yo creo que Interviú cerró por no evolucionar, por estar haciendo la revista de hace 30 años. Los reportajes que más éxito tenían entonces eran los de la cárcel: gente hacinada, suciedad. Hoy eso no le interesa a nadie porque cualquiera puede hacer una foto del interior de una cárcel.
¿Cómo recuerda su época de subdirector?
Tuve varias épocas. En Madrid era el delegado en los primeros tiempos. Iba todos los lunes a Barcelona para reunirme con el consejo de redacción. En el primer ejemplar de la revista, un mensajero iba al Ministerio de Información y Turismo con 10 ejemplares, no podías sacarlos hasta que la censura lo autorizaba. En mi época secuestraron el reportaje de los Rosón. Tuve que ir a la imprenta a decirle que pararan aquello porque teníamos una orden judicial. Hubo más secuestros.
¿Recibió amenazas?
Estuve muchas veces procesado. Fui indultado el mismo dia que "El Lute". El marqués de Villaverde, yerno de Franco, me puso una querella por una información que sacábamos. Tenía que ir al juzgado el día del 23-F. El 24 era mi cumpleaños y lo pasé muy mal, porque me cabrea mucho cumplir años. Nunca lo celebré. Recuerdo también el día que nos quemaron los quioscos. Se los quemaban a los quiosqueros, pero no podíamos permitirlo. Recuerdo un día que me fui al pueblo más alto de los Picos de Europa para esconderme. Yo no era un héroe.
¿Se ganaba bien?
Sí, y había muchos medios. Una vez estaban quemando explotaciones de trigo en Andalucía. Yo mandé a un fotógrafo y a un redactor, la dirección de Madrid mandó otro y el corresponsal de Valencia también fue. Se juntaron tres equipos y hubo que comprar el reportaje por agencias. Fue tirar el dinero. Son cosas increíbles. Yo nunca tuve tantos amigos como cuando se hacía un desnudo y se agotaba la revista. Cuando más amigos tuve fue al publicar la foto de Marta Chávarri. Salía en vestido corto y al revelar la foto no llevaba bragas, mira tú que tontería.
Muchos se acuerdan de usted ahora. ¿Se siente maestro?
De nadie.
