EN OURENSE

La marcha de los Vinos aguanta cada vez menos

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photo_camera El ambiente en la calle Pizarro, el fin de semana pasado.

La pujanza de los bares de primera hora, el control horario estricto de la Policía Local y la "falta de relevo generacional" son algunas de las justificaciones de usuarios y empresarios ante la reducción del ambiente nocturno

"Esto ya no es lo que era", dice Miguel, apoyado con otros dos amigos más en la barra de un bar de la praza de As Mercedes que un sábado de hace cinco años solía estar de bote en bote. Una de las razones del vaciado de algunos negocios de hostelería es que hay vida más allá del casco antiguo, según explica Tito Gómez, hostelero del barrio de la Cruz Alta: "Teño clientes que se queixan de que hai mal alcol nalgúns locais dos Viños e moitos prefiren quedar nos bares dos barrios". Las costumbres han cambiado y "algunos bares no han sabido adaptarse", explica Pedro Fernández, que regenta A Taberna do Perico, en pleno casco antiguo. 

Uno de los puntos calientes de la primera hora de la movida nocturna en la ciudad es la praza de San Martiño, donde sí que hay gran afluencia desde medianoche hasta las 03,00 horas. Fay Tijani, dueño del Tragaluz, señala que "viernes y sábado funcionamos bien y hay mucha gente  en un ambiente tranquilo, con buena música y sitio para sentarse". 

En el Miudiño, siguen "como siempre", señala Rodrigo Baltar. "Tenemos una clientela fija, con gente todos los días", asegura. En el Miguel, la camarera, Paula Chaves, habla de "moita máis xente nesta zona. Nótase que no entorno do Tragaluz hai xente e iso aféctanos positivamente. Temos clientes ata máis tarde".

En la zona de Lepanto, Patricia Quintas, de O Pote, destaca que en fechas clave "esta calle se llena" y este bar, que abre a primera hora, "suele estar a tope". Es uno de los sitios de moda entre los de 20 y 30 años. El que no pasa de moda, sobre todo por sus precios asequibles, es el Dous Escudos, también en Lepanto, que junto al París, siguen funcionando a pleno rendimiento. "Iso si, algún día habémonos retirar", advierte Enrique Rodríguez, dueño del local. ­

La otra cara de la moneda está en la Praza do Correxidor. Lo que había sido epicentro de la movida nocturna ha perdido seguidores. El Lokal aguanta el tirón abriendo todas las noches y el Baticano echó el cierre, con las terrazas, vacías un viernes cualquiera. Resiste el Ego, donde se situaba hace años el Vaivén. "Es el pub de moda, pero para gente más adulta. Además lo lleva un gerente conocido, Paco Gallego, y en Ourense mucha gente va por modas", indica Marcos Rodríguez, cliente habitual. 

La Alameda y Cabeza de Manzaneda son los sitios preferidos para los menores y los mayores tienen marcha hasta más tarde en la calle Pizarro, donde el Cock, el K’oba (reabierto hace un año) y el Keops siguen siendo los reyes del mambo, junto a otros más alternativos como el Patio Andaluz. Su camarero, Carlos Murias, es rotundo:"En comparación con hai dez  anos é unha sombra do que era. A xente sae menos, e saen os mesmos, non se renovou a carteleira". Esta calle ha cambiado mucho, según el dueño del Patio: "Hay algo de gente los sábados, el resto de días es bastante lamentable, solo hay que fijarse en los locales que van cerrando o la gente que hay en las discotecas a última hora".

"Hay algo de gente los sábados, el resto de los días es lamentable", dice el dueño de un local 

Los pubs aquí empiezan a llenarse a partir de las tres de la madrugada y suelen llegar a su máxima afluencia en torno a las cuatro y media. Algunos clientes se quejan por los horarios. "A Policía Local chega moitas veces ás 04,30 horas e temos que marchar do local coa copa recén pedida. Eu creo que lles están facendo dano apretando tanto os horarios, cada vez pecha antes e así non paga a pena vir desde fóra", dice Rubén Iglesias, un joven de Cartelle que sale habitualmente por Ourense. Miguel Vences, ourensano residente en Ponferrada, protesta: "Esto cada día va a menos. Antes jueves y viernes había gente; ahora a duras penas encuentras ambiente un sábado". Su amigo Renny, que lleva más de diez años disfrutando de la noche, lo justifica: "Las subidas de los precios en las copas se notan; algún bar tiene copas a nueve euros", asegura. "Esto no es Benidorm", puntualiza su amigo. Además, inciden en el tema universitario: "En Ourense solo se sale los sábados porque los universitarios ya no viven de noche". 

En los locales también se ven "ahogados" por los estrictos controles. "Desde que abrió la discoteca Luxus (antigua Bull) están metiendo presión", indica un hostelero de Pizarro. "Hai bares coa mesma licencia que seguen abertos e outros que os pechan, hai criterios raros. Parece que nos teñen tirria a algúns", dice Miguel, que tiene un pub en esta calle. Y añade: "Eles saberán o que fan, pero os xoves e venres, que non hai ninguén, non veñen".

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