ENTREVISTA

María Redondo: “Con un diagnóstico a tiempo, el cáncer de mama es hoy una enfermedad crónica"

photo_camera La cirujana María Redondo.

La cirujana  decidió hace ya varios años dedicarse en exclusiva a la patología mamaria

La cirujana María Redondo decidió hace ya varios años dedicarse en exclusiva a la patología mamaria motivada por, según señala, "el volumen de mujeres que necesitaban más cirujanos que se dedicaran específicamente a esto y, sobre todo, porque la cirugía de la mama es más especializada, y necesitamos saber más cosas a las que un cirujano genera no llega". Esta tarde hablará sobre este importante tema de salud en el encuentro con mujeres que organiza María Antonia Rilo en el Liceo, a partir de las 17,30 horas.

¿Cuál es la importancia de reconstruir la mama?
A nivel físico, cuando tienes una mama grande y hay que hacer la extirpación total, se produce un cierto desequilibrio de columna. Psicológicamente, no puedo generalizar. Tengo gente a la que le digo que debe reconstruirse y no quiere, porque no les importa para nada. Lo que sí intento meterles en la cabeza, ya antes de la intervención, es que no pueden fiarse del criterio de ninguna otra persona, son ellas las que tienen que decidirlo. Puedo hacer presión a una paciente para decirle que tiene una enfermedad que debe operarse, pero no para que se reconstruyan, porque eso no repercute en su salud física.

¿Cuándo debemos acudir a usted?
Cuando notemos un bulto, pero en unas determinadas condiciones. No se trata de notarlo hoy y salir corriendo. Si tiene reglas, debe esperar a la siguiente y sin tocarlo; si no la tiene, espere un mes, y si sigue, venga a preguntar. Porque normalmente, dejan de notarlo. La mama es nodular y cambia. Si esperas el mes, vienes, y resulta un bulto maligno no pasa nada, y, en cambio evitamos muchísimos de los que desaparecen. Una de las mayores consultas entre las jóvenes es el dolor mamario, que suele ser una banalidad, algo hormonal, y no tiene relación con la enfermedad A la gente hay que tranquilizarla. 

Con las campañas de concienciación, ¿hemos caído en obsesiones?
Hay mucha psicosis. Pero prefiero eso a algunos casos desgraciados que llegan demasiado tarde por exceso de confianza, y que en el siglo XXI siguen dándose, por desgracia. Pero hemos avanzado mucho en la prevención. 

Las campañas rosas con modelos, ¿ayudan o dañan a la persona que pasa por la enfermedad?
No sé valorar, porque no tengo una respuesta unánime por parte de las pacientes. Lo que creo que ha ayudado mucho ha sido desmitificar lo de "yo tengo un cáncer de mama", que la gente entienda que lo puede tener todo el mundo y no es una vergüenza. 

¿Han aumentado las mujeres con este cáncer?
Lo que ha aumentado es el diagnóstico precoz. La gente ahora se mira antes. Las mamografías de la campaña, por ejemplo, se le hace a mujeres sin síntomas . De hecho, ahora hablamos de que posiblemente se estén dando demasiados diagnósticos que luego no llegan a nada, pero hay que prevenir.

¿Las mamografías son efectivas?
Hay que hacerlas cuando hay que hacerlas. No se puede estar pendiente, ni vivir colgada constantemente de una mamografía, salvo en los casos en que sean necesarias para seguir la evolución de una lesión. Una mamografía cada dos años es suficiente. ¿Desde cuándo? Ese está siendo el debate. El gran acuerdo es a partir de los 50, pero algunos creemos que mejor a partir de los 45 y hasta los 70 años, porque son los grandes picos del cáncer, lo que no quiere decir que no se pueda dar antes o después, porque el riesgo aumenta a lo largo de la vida.
La extirpación preventiva que hizo pública  Angelina Jolie, ¿es una solución definitiva?
Ella hizo una cosa mucho más importante que lo de las mamas y fue la extirpación de ovarios. Eso sí que es cierto que disminuye, no sólo el cáncer de ovarios sino también el de mama. Lo hizo porque tenía una alteración en los dos genes del cáncer conocidos hasta hoy, sabemos que hay más. Pero hay que dejar claro que esta mastectomía preventiva no elimina en un cien por cien el riesgo del cáncer. La persona mantiene un riesgo de entre el 2 y el 5 por ciento.

El nacimiento de las niñas libres del gen, ¿les asegura no padecerlo?
No, lo que hace es ponerte en riesgo normal. Hay un gen que hace que tengas más probabilidades, que puedas llegar hasta un factor de riesgo del 50 por ciento. Si te eliminan el gen, tienes el mismo riesgo que el resto de mujeres. Una entre diez sin gen vamos a tener un cáncer de mama. Entrarían como cualquiera de nosotras, pero, sin duda, se les quita de un gran riesgo.

¿Cómo afecta a los hombres?
Se mantiene el mismo ritmo. De cada cien mujeres, encontramos un hombre. Tienen muchísimo menos riesgo, y no es más peligroso para ellos.

¿Cómo se asume una noticia así? 
Somos muy diferentes. Está la que se derrumba y la que intenta decir que no le afecta, aunque siempre afecta. Es un impás, tú a partir de ahí vas a ser una persona diferente. Creo que la persona sale bastante reforzada y mejor persona, diría incluso. A mí, mis pacientes me hacen ser mejor.

¿Se asume con más esperanza?
Sí, una de las cosas que quiero dejar clara es que el cáncer de mama, hoy por hoy, es una enfermedad crónica, como una diabetes. Lo importante es diagnosticarlo con tiempo, en su momento, y con los tratamientos existentes, no tiene por qué morirse la persona, en absoluto .

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