Más de 20 años en un recorrido de 70 kilómetros

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photo_camera Un grupo de jóvenes de Barbadás disfruta del buen tiempo en una piscina. (BELAY)

El Concello de Barbadás presume de ser uno de los más jóvenes de Galicia con una media de edad de algo más de 41 años, mientras, en la comarca de Trives, San Xoán de Río supera los 62

Apenas 70 kilómetros separan a los concellos de Barbadás y San Xoán de Río, dos de los 92 municipios de la provincia, pero entre los que existen importantes diferencias y que marcan las decisiones políticas de sus responsables. El primero se ha convertido en un fenómeno casi único en un territorio acostumbrado a que sus ayuntamientos registren año tras año un descenso en el padrón, situándose entre los concellos más jóvenes de Galicia y en lo más alto del ranking provincial, con apenas 41 años de media y 10.683 habitantes. Por su parte, la localidad trivesa se ha convertido en la "abuela" gallega, llegando casi a la edad de jubilación, con 62,29 años de media entre sus 583 empadronados.

Barbadás ha consolidado su rejuvenicimiento a través del núcleo de A Valenzá, limítrofe con la ciudad y que se ha convertido en un imán para veinteañeros y treinteañeros, cambiando la fisonomía de la localidad en muy pocos años.

"Cuando yo llegué aqui enfrente de mi casa (Avenida de Celanova) no había nada, cómo ha cambiado todo.Se lo recomiendo a todo el mundo, es muy vivo y alegre", indica Dolores Moure, vecina de Barbadás, donde aterrizó a principios de este siglo.

Mientras, en San Xoán de Río, su alcalde, el socialista Luis Castro, también barre para su localidad, destacando las ventajas que tiene el rural ourensano. "Collemos e vivimos ben, aínda que claro, nótanse en falta algúns servizos", explica.

Es esa planificación la que condiciona un presupuesto cada vez más mermado por la caída de habitantes y que obliga a centrar esfuerzos, por ejemplo, en servicios como el de asistencia a domicilio, "que é o que se demanda". Algo muy distinto a lo que sucede en Barbadás, donde su alcalde, Xosé Carlos Valcárcel, exprime las cuentas para ofrecer mayor confortabilidad a sus vecinos, que aunque siguen dependiendo de la ciudad para muchas cosas, ven como los servicios siguen creciendo.

"Gastamos máis diñeiro público en axudas, por exemplo, de gardería, xa que ó ter unha sola municipal, moitos nenos quedan sen praza e cofinanciamos a súa estadía noutra privada", indica Valcárcel, cuyo gobierno trata también de dotar al municipio de nuevas zonas verdes y áreas de esparcimiento. Además, los vecinos han podido estrenar recientemente un nuevo equipamiento como es el centro de salud de A Valenzá. Los nuevos servicios parecen convencer a sus habitantes. "Es raro que no te encuentres un buen puñado de carritos de bebé, tienes comercios, terrazas, de todo", asegura Daniel Bastos, que abandonó en su momento el barrio de O Couto, en la ciudad, para recalar en A Valenzá.

Por el contrario, en San Xoán de Río, con una superficie de 61 kilómetros cuadrados y nueve parroquias, ven como el único médico se concentra en el pueblo y los pocos niños que quedan (diez menores de 15 años) tienen que desplazarse hasta Trives para acudir a la escuela. "A que tiñamos pechouse hai sete anos", recuerda Luis Castro.

Las perspectivas de futuro también son diferentes. Mientras en Barbadás ven como A Valenzá "está bastante ó límite" y buscan fórmulas para asentar población en sus núcleos rurales -"temos posibilidade de crecemento, pero hai traballo para non morrer de éxito", comenta Valcárcel-; en San Xoán de Río apenas se ven razones para pensar en un cambio. "A xente marchouse e non se ven perspectivas. Mentres as administración non nos boten unha man, o campo, por exemplo, non é rentable. Para vivir aquí, hai que botarlle imaxinación", concluye Castro. 

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