"La mejor crítica que he recibido en mi vida la hizo un lector de Ourense"

photo_camera Eduardo Galeano, durante la presentación de 'Los hijos de los días', en el Auditorio de Ourense.

"Qué difícil ha de ser escribir tan sencillo", le soltó a Galeano un ourensano anónimo -con el ceño fruncido-, tras acabar la presentación de 'Espejos' en el Auditorio hace siete años

En la última década, Eduardo Galeano -fallecido este lunes a los 74 años-, visitó Ourense en dos ocasiones. En 2008 y 2012. Precisamente fue en este segundo viaje, con motivo de la presentación de la novela 'Los hijos de los días', cuando recordó en el Auditorio una anécdota que le había sucedido tras cerrar su primera incursión literaria en la ciudad. En esa ocasión le traía 'Espejos', un interesantísimo recorrido por la historia de la humanidad, que le serviría al uruguayo para recibir, de rebote y en sus propias palabras, "la mejor crítica que he recibido en mi vida", de boca de un ourensano que, con el ceño fruncido, le soltó al autor "qué difícil ha de ser escribir tan sencillo". Y se marchó.

-A esta anécdota vivida en Ourense Galeno ya había hecho referencia en, al menos, una entrevista, de la que reproducimos un fragmento a continuación-


...Si yo escribiera con más facilidad, probablemente podría hacer más prólogos; Borges escribió una cantidad de prólogos enorme con gran alegría, a él le encantaba escribir prólogos, hay un libro de prólogos de Borges, por cierto muy jugoso. Fijate vos, esta dificultad fue advertida mejor que nadie, por un gallego que estaba, con cara de campesino, ya muy sufrido y gastado por la vida y por la tierra, él estaba en la última fila de la gente que había asistido a escucharme leer textos de Espejos (2008) –en Ourense, Galicia- estuve en algunas ciudades gallegas, son gente muy entrañable, muy cariñosa. En la última fila estaba este hombre con esa cara espléndida de campesino, de pómulos salientes, la piel curtida y él entrecejos fruncidos me miraba enojado, yo no podía desprenderme de la mirada enojada de ese hombre, hasta que terminó la lectura firmé libros –y esas cosas que se hacen- y él seguía ahí, fue el último en irse y muy enojadamente sin desfruncir el ceño se acercó desde la última fila y cuando yo pensé que me iba a aplicar un puñetazo o a matarme de una patada me dijo: -“qué difícil ha de ser escribir tan sencillo” y se fue. Es la mejor crítica que he recibido en la vida, el comentario más certero y el mejor homenaje y se fue sin desenojarse –eso pasa mucho en Galicia y en otros lugares de la tierra- que no sé, es como si besara enojado, porque en el fondo era un beso, un abrazo, una cosa lindísima lo que decía, pero con una cara enojada, sobretodo en contraste con algunos que sonriendo te clavan el puñal...

Entrevista publicada en El Clarín de Chile, el 26 de marzo de 2009.

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