El ecuatorianao Luis Alberto Y.F. tenía 24 años cuando conoció a una adolescente de 15 años en el parque Barbaña. Entre confidencias y likes, a través de las redes sociales como Instagram, entablaron una relación de amistad. A finales de verano de 2018, ella le propuso ir a su casa para desahogarse y beber alcohol, evitando el control paterno. En esa cita, el 29 de septiembre, todo se torció. La menor asegura que Luis Alberto abusó sexualmente de ella cuando estaba bajo los efectos de una botella de tequila. Incluso mantiene que intentó penetrarla vaginalmente, pero que desistió ante su negativa. La fiscal reclamó ayer por estos hechos nueve años de cárcel y 3.000 euros de indemnización para la perjudicada.
La acusación pública acusa al procesado de abusos sexuales a una menor de 16 años, una imputación agravada por el tipo de ataque.
La abogada del inculpado, Rocío Belenda Losada, asegura que el relato de la denunciante, hoy mayor de edad, “es incoherente”. “Mantuvo -aseguró- distintas versiones a lo largo del proceso judicial”.
Según aseguró la letrada tras la vista a puerta cerrada en la Audiencia de Ourense, “no hubo una agresión sexual”. “Bebieron tequila y ella se quiso quedar en su piso porque se encontraba mal; posteriormente vomitó, se ensució la ropa y él la llevó a la ducha” y, según esa versión, tuvo que sujetarla para que se pudiera asear. El inculpado sostiene que dejó que la joven durmiera en su cama pero que no recuerda que la hubiera besado ni tocado. En todo caso, rechaza un ánimo libidinoso en su conducta.
En la instrucción llegó a admitir que la abrazó y besó cuando bebían en el salón y ella le contaba los problemas que tenía con su familia.
Apareció ADN
La fiscal hace valer las pruebas biológicas. Apareció ADN del inculpado en la vulva de la menor, que ella atribuye a una práctica de sexo oral. En este caso, vuelven a estar presentes los reproches penales a personas que mantienen relaciones sexuales con menores de 16 años (la Audiencia condenó este mismo mes a ocho años de cárcel a un joven que tenía 24 cuando tuvo relaciones sexuales con una niña de 14). Incluso aunque exista consentimiento.
La joven, que testificó ayer, admitió en la denuncia que se “dejó hacer” hasta que el acusado intentó una penetración vaginal, a la que se opuso.
El artículo 183 del Código Penal, tras la reforma adoptada en el año 2015 por la que se eleva la edad del consentimiento a 16 años, se establece la falta de capacidad para los menores de esa edad, si bien contempla una excepción siempre y cuando existiera una proximidad tanto en la edad de las partes intervinientes como en el grado de madurez de los mismos. Esta excepción se justifica en que la falta de madurez en el consentimiento del menor decae cuando dicha madurez, en una situación de igualdad con la otra parte, le permite escoger libremente a pesar de su minoría de edad.
La abogada del procesado asegura que la denunciante tenía 15 años y que su capacidad intelectual estaba dentro de la media y que, por lo tanto, no estaba limitada para tomar decisiones. “Era plenamente consciente y libre en sus decisiones”, asegura.
La fiscal mantuvo que Luis Alberto se aprovechó del estado de embriaguez de la perjudicada tras la ingesta de alcohol en su casa, a la que llegó a las diez de la noche por voluntad propia (propuso ella ir a su piso). La llevó al baño, la desnudó y se metió en la ducha con ella. Posteriormente, según esa versión, la metió en la cama y abusó de ella. Después se quedaron dormidos hasta que ella se fue a las doce de la mañana.
La acusación pública pide nueve años de cárcel y posteriormente cinco de libertad vigilada, además de un curso de educación sexual. También interesa que se le expulse del país cuando se le conceda la libertad condicional, con la prohibición de entrar en España durante 10 años.
