Los vecinos habían alertado que el agresor había estado molestando a los clientes de diversos bares y a los transeúntes
Marcos G.F. aceptó seis meses de prisión por un delito de atentado a un agente de la autoridad y una pena multa de 30 días (a tres euros) por un delito leve de maltrato.
El inculpado reconoció en el Penal 2 que empujó a un agente que se presentó en la calle Cardenal Cisneros a las 01,35 horas del día tres de junio del pasado año cuando la Policía Nacional acudió por una llamada que alertaba de que el inculpado estaba molestando a los transeúntes. Previamente, una horas antes, agentes policiales acudieron a varios bares de la ciudad porque el acusado molestaba a la clientela. La sentencia reconoce que había ingerido alcohol el día de los hechos.