El Miño creció más de dos metros en 24 horas, anegando Oira y O Tinteiro

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photo_camera La apertura de las compuertas en el embalse de Velle, en la ciudad, dejó bajo las aguas las piscinas de Oira, en la imagen.

El río Avia cubrió la pasarela peatonal en A Quinza (Ribadavia) y el Arnoia obligó a cortar dos carreteras en Molgas

Los ríos de Ourense no dan abasto. Siete días consecutivos de intensas e incesantes lluvias han puesto en alerta a los núcleos de población ribereños por desbordamientos, entre ellos la capital de la provincia. La notable crecida del río Miño a su paso por la ciudad de Ourense provocó que la fuente de O Tinteiro y sus inmediaciones quedasen bajo el agua. Lo mismo ocurrió con las piscinas de Oira. En el mediodía de ayer, el río las dejó cubiertas. Y es que en 24 horas, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil registró una crecida de dos metros y 30 centímetros, situándose el nivel en 5,34 metros. El embalse de Velle rondó el 90 por ciento de su ocupación y la salida de agua por las compuertas casi triplicó la del día anterior, situándose en los 1.260 metros cúbicos por segundo.

La situación no fue distinta en el resto de embalses ourensanos. E l de Os Peares alcanzó el 98 por ciento de capacidad y pasaron del 90 por ciento los de Santo Estevo (Nogueira de Ramuín), Castrelo (Castrelo de Miño) o el de As Portas (Vilariño de Conso), entre otros. La vigilancia también se centró en el del río Avia, el de Albarellos, registrando un 10 por ciento más que el día anterior, llegando al 83 por ciento.

El organismo de cuenca informó de que el abundante caudal del río Arnoia obligó a activar el umbral de alerta por superar los 1,20 metros. De hecho, las aguas anegaron por completo la planta baja de las instalaciones del hotel-balneario y del parque recreativo, según informaron fuentes municipales.

En O Ribeiro, el Avia también alarmó a los vecinos. En A Quinza la pasarela peatonal que cruza el río quedó cubierta a consecuencia de la crecida del nivel del agua. Desde Protección Civil informaron de que la misma situación podría darse al final de la jornada en Ribadavia. En Francelos, el río Miño dejó anegado el paseo fluvial.

La jornada estuvo también marcada por las incidencias en la carretera. La OU-112, a su paso por Laza, permaneció cortada a la circulación un par de horas a causa de un desprendimiento de tierra y piedras, a la altura del kilómetro tres. Acudieron a la puesta a punto de la vía efectivos de la Axencia Galega de Infraestructuras, alertados por el CAE 112 Galicia. En la ciudad, el carril derecho en dirección O Fonsillón de la N-525 quedó obstaculizado por piedras desprendidas de la ladera. La N-120, a su paso por la presa de Velle registró otro desprendimiento.

Asimismo, dos carreteras, la de Baños de Molgas a las piscinas y la que conduce a Acea, quedaron cortadas a última hora de la tarde debido a la crecida del Arnoia en ese municipio.

La circulación de trenes no se vio afectada pero se suspendieron eventos deportivos. Los partidos a disputar Os Remedios tuvieron que ser suspendidos porque las bandas laterales no drenaban el agua, quedando acumulada en el terreno de juego. En Manzaneda, el temporal obligó a cerrar las pistas de esquí.

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