La fiesta en torno a la visita de las reliquias de Don Bosco no cesa. En este caso, la principal celebración litúrgica de ayer se celebró en la parroquia de María Auxiliadora y estuvo presidida por el obispo, Leonardo Lemos. Durante la homilía, el prelado definió al fundador de la congregación salesiana como 'el santo del realismo', en referencia a que fue 'un sacerdote entregado, un educador nato y, sobre todo, un hombre de Dios', que supo 'descubrir a Jesucristo en aquel Turín del siglo XIX y, de manera especial, en los niños y los jóvenes'.
La iglesia de Salesianos se llenó de fieles, que se sumaron a los muchos que ya acompañaron a San Juan Bosco en su llegada a la ciudad el sábado. Aunque la fiesta se había prolongado hasta bien entrada la madrugada, los miembros de la comunidad que fundó el italiano no quisieron perderse los actos litúrgicos. En ellos, el obispo aprovechó también para recordar que 'en una sociedad tan pendiente de la eficacia y resultados pragmáticos y económicamente reales', los santos son 'seres de carne y hueso'.
