La investigación policial para aclarar lo sucedido en la madrugada del martes en los céntricos jardinillos del Padre Feijóo, en donde, según adelantó La Región, aparecieron las ropas de una mujer de 41 años que vagaba por la zona semidesnuda (sólo llevaba el sujetador y calcetines), está en punto muerto.
La víctima, supuestamente violada, no recuerda ni puede precisar quién la despojó de sus prendas, incluidas las bragas, y si mantuvo relaciones sexuales no consentidas. La policía, que activó el protocolo establecido por el Servicio de Atención a la Familia (SAF) para las víctimas de agresiones sexuales, trata, aun así, de reconstruir los pasos que dio la víctima antes de ser auxiliada por un hombre que limpiaba un portal pasadas las seis y media de la madrugada del martes en la calle San Miguel.
Según las primeras investigaciones, la mujer, de origen colombiano, estuvo esa noche bebiendo alcohol en un conocido bar de la calle Samuel Eiján frecuentado por latinoamericanos. Testigos interrogados por los agentes señalaron que abandonó el bar en un estado de embriaguez acusado, pero no precisan si salió acompañada por alguien.
La mujer, tras ser hallada desnuda en la calle, estaba visiblemente desorientada, aturdida y con hipotermia, pero ya no presentaba síntomas de intoxicación etílica, según corroboran fuentes de la investigación. En su rostro, además, había rasguños, un indicador probable de la resistencia que pudo oponer a un supuesto agresor, además de 'otras escoriaciones' (lesiones superficiales).
La noticia ha causado gran preocupación en la ciudad dado que el lugar de la agresión está en pleno centro, junto a la calle Paseo.
Según las primeras investigaciones, la mujer, de origen colombiano, estuvo esa noche bebiendo alcohol en un conocido bar de la calle Samuel Eiján frecuentado por latinoamericanos. Testigos interrogados por los agentes señalaron que abandonó el bar en un estado de embriaguez acusado, pero no precisan si salió acompañada por alguien.
La mujer, tras ser hallada desnuda en la calle, estaba visiblemente desorientada, aturdida y con hipotermia, pero ya no presentaba síntomas de intoxicación etílica, según corroboran fuentes de la investigación. En su rostro, además, había rasguños, un indicador probable de la resistencia que pudo oponer a un supuesto agresor, además de 'otras escoriaciones' (lesiones superficiales).
La noticia ha causado gran preocupación en la ciudad dado que el lugar de la agresión está en pleno centro, junto a la calle Paseo.
