No hay fisuras en el bipartito con respecto al acceso centro, afirma ahora el ala nacionalista del Concello. De este modo, García Mata ponía freno al último desencuentro, iniciado cuando su grupo acusó al alcalde, que ayer tampoco quiso echar más leña al fuego, de esconder la cabeza frente a los vecinos de Vistahermosa.
El concejal nacionalista de Ourense Andrés García Mata manifestaba ayer, a instancias de los periodistas, que no hay fisura alguna con los socios socialistas del gobierno municipal de Ourense, en lo que a la situación del acceso centro se refiere. Mata restaba así importancia al último desencuentro abierto en el seno del bipartito después de que el teniente de alcalde, el también nacionalista Sánchez Vidal, acusase al regidor, el socialista Francisco Rodríguez, de ocultar la cabeza, cual avestruz, para no responder a los vecinos de Vistahermosa sobre las deficiencias de esta infraestructura viaria, que pasa tan cerca de sus casas.
Tras dos días de acusaciones cruzadas, la tercera jornada relajó el enfrentamiento por obra de un edil, el de Infraestructuras, que quiso limar asperezas seña lando que el enemigo en este caso es Fomento pero que, con todo, la postura del BNG es la de todo el Concello, en lo que a críticas al Ministerio se refiere.
Fin a la polémica
Tampoco el alcalde, que hasta ayer guardaba silencio sobre esta nueva crisis -delegó las réplicas en la concejala de Urbanismo, urea Soto-, quiso echar más leña al fuego, entre otras razones, dijo, porque como no había creado la polémica tampoco tenía intención de alimentarla.
Eso sí, volvió a dejar claro -y no es la primera vez que lo dice en sus múltiples desencuentros con el otro socio de gobierno- que el alcalde es él y, por tanto, el único interlocutor válido ante el Ministerio de Fomento. Evidentemente, recordó, esa infraestructura nunca debeu ir por onde vai, por eso hay que solucionar los errores que ha dejado el trazado. Y en ese punto, y dirigiéndose a los vecinos, reiteró que estaba dispuesto a transmitir sus peticiones razonables -la palabra, por cierto, la repitió hasta tres veces en este asunto- que presenten de forma individual sobre daños en sus propiedades, o colectivo si afectan a bienes comunes del barrio.
Probablemente, la crisis por este problema no suponga más que ahondar en el distanciamiento entre ambos socios de gobierno, pero es al menos, y desde julio, el quinto desencuentro de PSOE y BNG que se hace público y se dirime en los medios de comunicación. Y puede que se acerque el sexto si la aprobación de los presupuestos de este año se demora o alguno de los grupos debe reducir sus expectativas económicas para rentabilizar su gestión política.
Tras dos días de acusaciones cruzadas, la tercera jornada relajó el enfrentamiento por obra de un edil, el de Infraestructuras, que quiso limar asperezas seña lando que el enemigo en este caso es Fomento pero que, con todo, la postura del BNG es la de todo el Concello, en lo que a críticas al Ministerio se refiere.
Fin a la polémica
Tampoco el alcalde, que hasta ayer guardaba silencio sobre esta nueva crisis -delegó las réplicas en la concejala de Urbanismo, urea Soto-, quiso echar más leña al fuego, entre otras razones, dijo, porque como no había creado la polémica tampoco tenía intención de alimentarla.
Eso sí, volvió a dejar claro -y no es la primera vez que lo dice en sus múltiples desencuentros con el otro socio de gobierno- que el alcalde es él y, por tanto, el único interlocutor válido ante el Ministerio de Fomento. Evidentemente, recordó, esa infraestructura nunca debeu ir por onde vai, por eso hay que solucionar los errores que ha dejado el trazado. Y en ese punto, y dirigiéndose a los vecinos, reiteró que estaba dispuesto a transmitir sus peticiones razonables -la palabra, por cierto, la repitió hasta tres veces en este asunto- que presenten de forma individual sobre daños en sus propiedades, o colectivo si afectan a bienes comunes del barrio.
Probablemente, la crisis por este problema no suponga más que ahondar en el distanciamiento entre ambos socios de gobierno, pero es al menos, y desde julio, el quinto desencuentro de PSOE y BNG que se hace público y se dirime en los medios de comunicación. Y puede que se acerque el sexto si la aprobación de los presupuestos de este año se demora o alguno de los grupos debe reducir sus expectativas económicas para rentabilizar su gestión política.
