ENCUENTROS MISIONEROS DIOCESANOS

“No queremos abandonar nunca nuestra misión"

photo_camera Los misioneros con un grupo de voluntarios, antes de partir hacia Os Milagros. (MIGUEL ÁNGEL)

Os Milagros reunió a religiosos que desarrollan proyectos humanitarios

En el año 1978, además de marcarse el futuro del país con la aprobación de la Constitución, en Ourense se iniciaban los encuentros con los misioneros diocesanos, como homenaje a su labor. En estas casi cuatro décadas las cosas han cambiado mucho. De entrada, de los casi 300 misioneros que la Diócesis de Ourense aportaba entonces al mundo, con edades entre los 40 y 50 años, en la actualidad el número se ha visto reducido a casi la mitad, y con una media de edad mucha más avanzada.

El santuario de Os Milagros reunió ayer a seis de ellos: Luis Cachaldora, desde Camerún; Antonio Fernández, misionero en Zambia; Aurora Hernández, misionera en Colombia; Antonio Opazo, en Venezuela; Maria Josefa Rodríguez, en Venezuela y ahora en Chile; Perfecto Vázquez, diocesano en Estados Unidos y el padre Odilo Cougil, que desarrolló su labor en Mozambique, Ruanda y Brasil.

Comparten fe, pero sobre todo, la visión de los múltiples pliegues que el ser humano puede cobijar en realidades muy diferentes.

El padre Odilo Cougil se fue en el año 1971 y, desde entonces, ha vivido 32 años en África, 10 en Latinoamérica, y lleva dos en España, "adonde me mandaron los médicos, aunque yo hubiera preferido quedarme donde estaba". Ha vivido en dos continentes diferentes y ha conocido sus realidades: "Las necesidades más básicas, como la alimentación y demás, están casi garantizadas tanto en África como en Latinoamérica, pero todo lo que dependa del dinero, como libros, medicinas. Todo lo que haya que pagar o comprar es muy difícil hacerlo en África, ahí las necesidades son mucho mayores".

Vivió diez años en guerra en Mozambique:" ¿Miedo? Alguna vez. Tuvimos ataques de la guerrilla, teníamos el mismo peligro que la gente que estaba allí, vivíamos con ellos. ¿Ganas de huir? Todo lo contrario, si alguna vez alguno se tiene que marchar es porque lo mandan, no por nuestra voluntad". Después de conocer tantas realidades, el padre Odilo tiene claro que " si lo que se ha extraído de África se hubiera invertido en África, hoy sería líder mundial".

Perfecto Vázquez tuvo otro destino muy diferente. Natural de Ramiranes, en el año 1961 se fue a Puerto Rico y a Estados Unidos, y fue el primer párroco hispano de la diócesis de Brooklyn," la más pequeña en territorio del mundo, pero grande en población", asegura Vázquez.

Jubilado obligado a los 75 años, ahora ejerce de director espiritual de cursillos de cristiandad. Recuerda que "en 1970 éramos seis sacerdotes a tiempo completo, y ahora sólo hay uno y unieron otra parroquia más". Lo achaca a que "el barrio evolucionó mucho, se redujo la población y hubo escasez de los sacerdotes".

Nunca se ha arrepentido de no volver a Ourense, "allí todavía tengo mucho trabajo" y asegura que la necesidad en su comunidad es, sobre todo, "la pastoral".

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