'Non imaxino nada peor que ter que deixar a miña casa neste punto da vida'

Ricardo Rego. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Ricardo Rego ha residido siempre en Cabeza de Vaca (Ourense). Desde que su mujer dejó de poder tener una vida autónoma, la suya también dio un giro radical. Tuvo que tomar el timón de la casa y aprender labores que nunca había realizado. En cuanto conoció los servicios que ofrecía la Concellería de Benestar no dudó en solicitarlos. 'Eu non podía seguir coidándoa só -explica- e non imaxino nada peor que ter que deixar a miña casa neste punto da vida'.
Cuando Mercedes García llega, en torno a la una del mediodia, Ricardo y otra persona pagada íntegramente por la familia, ya han aseado y levantado a su mujer, Remedios Penedo. 'Aínda que estou moi satisfeito co servicio e, en particular co traballo de Mercedes, non da tempo a moito', aclará. La propia trabajadora reconoce que, por mucho empeño que tenga, es muy difícil estirar el tiempo. Su labor se centra en la limpieza y el acondicionamiento de las zonas en las que desarrolla la vida el beneficiario: 'Barrer, hacer la cama, lo que cada uno hace habitualmente en su casa a diario'. También incluye labores de plancha, pero todo limitado a una hora diaria, de lunes a viernes.

Ricardo Rego ha tenido que asumir de su propio bolsillo otros gastos, como la compra de una cama especial, una grúa o las obras de adaptación del cuarto de baño, aunque 'si que nos deron a silla de rodas'.

Tras toda una vida de trabajo no pide lujos, sólo quiere poder seguir cuidando de su mujer en un entorno que le es familiar y no verse conducido al internamiento en una residencia para mayores, un deseo que, espera, se le siga concediendo .

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