Los vertidos tóxicos al caudal del río Barbaña no cesan y los causantes (que liberan residuos no autorizados a la red de abastecimiento de San Cibrao) actúan con total impunidad, dado que todas las investigaciones que llevó a cabo la Guardia Civil y Confederación Hidrográfica Miño-Sil no arrojaron luz sobre la autoría.
El río discurría ayer nuevamente cubierto de espuma, visible a la salida de la depuradora de aguas residuales de San Cibrao, a la que vierten las naves industriales de los polígonos de Pereiro, San Cibrao, Barreiros y Parque Tecnológico. La situación ya no es nueva, dado que esta es la sexta vez que el río arrastra grandes cantidades de espuma en los últimos cinco meses. Como en casos anteriores, los técnicos de la Confederación Miño-Sil recogieron muestras de agua para ser analizadas y determinar si contienen metales pesados contaminantes. En los primeros análisis, no se detectó contaminación y los técnicos del organismo de cuenca remitieron las muestras a su laboratorio con el objetivo de realizar analíticas más completas. 'El impacto visual que ofrece el río es alarmante', explicaron en la Confederación Hidrográfica, recalcando que de detectar contaminación, por mínima que sea, se limitiarán a incoar un expediente sancionador al Concello de San Cibrao al considerar que la espuma sale al cauce del Barbaña desde la depuradora.
