Las agresiones al río Barbaña ya parecen ser constantes sin que nadie lo remedie. El río recibió ayer un nuevo vertido tóxico que, como viene siendo habitual, volvió a cubrir de espuma el cauce, entre la estación de tratamiento de aguas residuales de San Cibrao y la ciudad.
La espuma fue vista por la mañana, alarmando a los vecinos que paseaban por las márgenes, en O Polvorín, que alertaron la Policía Local que, a su vez, pasó aviso a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y Policía Autonómica. 'O río cada vez se parece máis a unha canle do saneamento', lamentaba un vecino, Alfredo Rivera, recalcando que en los últimos cuatro meses alertó en tres ocasiones a la Policía Local por la presencia de espuma en el agua.
Agentes del Seprona y Policía Autonómica acudieron de inmediato al lugar y revisaron, alrededor de la una de la tarde, la depuradora de aguas residuales de San Cibrao, desde la que el vertido llegaba directamente al río. Los agentes se cercioraron de que el cauce discurría aguas arriba de la depuradora, libre de espuma, por lo que inspeccionaron la red de saneamiento. En la propia depuradora de San Cibrao aclaraban que las instalaciones funcionaban correctamente y que por la red del saneamiento no solamente llega espuma, sino que, cada cierto tiempo, también se detectan aceites, combustibles e incluso 'chapapote', lo que obliga a mantener vigilado constantemente el tratamiento.
Los técnicos de la Confederación recogieron muestras de agua, detectando inicialmente concentración de detergentes. Las muestras serán analizadas con más profundidad por si la contaminación contiene materiales pesados.
Mientras, el colectivo Amigos da Terra alertaba de otro vertido de aguas fecales en el río Luisin, en Coles. Los ecologistas alertaron de la situación a la Confederación Hidrográfica y Policía Autonómica alegando que la contaminación se produce posiblemente a causa del desbordamiento de una fosa séptica. Amigos da Terra asegura que no es la primera vez que se produce esta situación por lo que demandan medidas de la Administración para salvar el río.
Agentes del Seprona y Policía Autonómica acudieron de inmediato al lugar y revisaron, alrededor de la una de la tarde, la depuradora de aguas residuales de San Cibrao, desde la que el vertido llegaba directamente al río. Los agentes se cercioraron de que el cauce discurría aguas arriba de la depuradora, libre de espuma, por lo que inspeccionaron la red de saneamiento. En la propia depuradora de San Cibrao aclaraban que las instalaciones funcionaban correctamente y que por la red del saneamiento no solamente llega espuma, sino que, cada cierto tiempo, también se detectan aceites, combustibles e incluso 'chapapote', lo que obliga a mantener vigilado constantemente el tratamiento.
Los técnicos de la Confederación recogieron muestras de agua, detectando inicialmente concentración de detergentes. Las muestras serán analizadas con más profundidad por si la contaminación contiene materiales pesados.
Mientras, el colectivo Amigos da Terra alertaba de otro vertido de aguas fecales en el río Luisin, en Coles. Los ecologistas alertaron de la situación a la Confederación Hidrográfica y Policía Autonómica alegando que la contaminación se produce posiblemente a causa del desbordamiento de una fosa séptica. Amigos da Terra asegura que no es la primera vez que se produce esta situación por lo que demandan medidas de la Administración para salvar el río.
