El obispo pide al clero más cuidado en la custodia del patrimonio

Ourense. 01-04-15. Local. Misa Crismal na Catedral de Ourense.
Foto. Xesús Fariñas
photo_camera Un sacerdote da indicaciones mientras, detrás, el obispo esparce incienso entre los sacerdotes participantes de la celebración religiosa

Lemos presidió en la Catedral la Misa Crismal, que abre los actos principales de la Semana Santa 

La Catedral acogió ayer la tradicional Misa Crismal, con la que la Diócesis de Ourense dio inicio oficial a los actos religiosos de la Semana Santa, y que dio cita a decenas de sacerdotes, encabezados por el obispo, Leonardo Lemos Montanet. Se trata de una celebración de carácter sacerdotal, que simboliza la comunión del prelado con sus presbíteros, y donde se consagró el Crisma y bendijeron los óleos, que después se reparten entre las distintas parroquias para la administración de los sacramentos.

El obispo glosó en su homilía la transcendencia de la celebración dirigiéndose a los sacerdotes y laicos en este día sacerdotal. "Somos ministros de Dios, servidores, personas, conscientes de miserias, fragilidades, pobrezas y limitaciones, y a pesar de nuestros pecados, el Señor nos ha concedido el don del ministerio sacerdotal para servir", dijo.

Lemos pidió a los sacerdotes que las misas y demás sacramentos que celebran "no nos hagan perder el sentido profundo de este ministerio", por lo que es fundamental luchar contra la rutina "porque nuestras manos no han sido consagradas para instrumentalizar las cosas, ni a los hermanos, ni las realidades sacras de la Iglesia".

Refiriéndose a la custodia del arte sacro, rogó a los sacerdotes "que se cumplan las normas establecidas para la custodia y conservación del patrimonio, indicando a los fieles que el obispo y los organismos diocesanos no quieren expropiarles, sino ayudarles a que se conserven en un lugar seguro".

Sobre el reciente homicidio del párroco de Vilanova dos Infantes, Adolfo Enríquez, Leonardo Lemos pidió que "no caigamos en el error de decirle a los vecinos que guarden los objetos de valor en sus casas", porque de este modo "trasladamos el problema a las casas de los fieles". El obispo explicó que, cuando se produjo el crimen, las autoridades lo instaron a evitar que los sacerdotes también los guarden en sus casas.

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