Obituario | Socorro Pérez Pérez, una querida luchadora

De nada sirvieron 18 largos años de ausencia no física pero sí en cuanto a la vida en su esencia se refiere. Socorro, en ese enorme tramo de tiempo, no pudo dar ni recibir sustancia de vida como así debía de haber sido, esa afección presente en demasiadas personas como es el síndrome de Parkinson tuvo la culpa.

Años y años de padecimiento mutuo tanto de ella como de su familia, con un no vivir y por extensión limitar involuntariamente y condicionar la propia vida  de su hija Marisol y sus nietas y biznietas, que se desvivían para proporcionarle la existencia más digna dentro de lo que la situación lo permitía. Por cualquier esquina de la comarca se escuchaban las plegarias y los extremos deseos de que se recuperase y saliera de la situación que la postró e  iba a ser su fatal destino A todos nos quedan muchos y buenos recuerdos de su compañía.

Recuerdo con meridiana claridad su cariñosamente repetida frase: “Y tú ¿qué haces aquí en este pueblo?, vete para Corbelle, anda, que aquí no te queremos”; el comentario iba cargado de retranca con el que nos reíamos todos los presentes, su buen sentido del humor ponía esa nota alegre cada vez que hacía el trayecto hacia su casa por la “aira” . Nunca se olvidaba de preguntarme por mi madre y mandarle muchos saludos.

Mi suegra Emilia no se cansa de recordar y comentar el agradable recuerdo que le trae a la mente aquel año que las dos fueron a las misas de Santa Marta. Una vez rematadas las misas subieron junto a María, mi madre, a por unas ciruelas. Emilia disfruta recordando que todo el recorrido desde Corbelle hasta Río fueron comiendo ciruelas al unísono, una muestra más de lo bien avenidas que estaban las dos. Estas son dos pequeñas anécdotas de su parte humana.

Dicho de forma genérica y con la común pena que su purgatorio en vida le ha hecho padecer a una persona buena, solo nos queda el desahogo de que no es justo, no es justo desde ningún punto de vista, lo mire quien lo mire. La elección que la suerte ha hecho con ella solo da pie a un ¿por qué?

Ella ya se lleva el cielo ganado y su familia una buena parte de él, a la que desde aquí animo, ya que la historia no tiene vuelta les invito a seguir la vida mirando hacia adelante con la cabeza bien alta sin perderla en el recuerdo. A todos los que la conocimos nos queda en el recuerdo para decirle que nadie se muere del todo mientras esté vivo en el recuerdo de quienes le quisieron.

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