Villar y Colón fueron históricamente de las calles más comerciales de la ciudad pero, tras la oleada de cierres, solo quedan algunas tiendas como la corsetería Manoli nº9 o la peluquería Everman 2. Piden al Concello que se preocupe por ellos. Se sienten "los grandes olvidados del Casco Vello".
Los comerciantes de calles como Colón, Villar y Libertad, de la Praza Maior hacia O Posío, donde esta parte del casco antiguo no acaba de remontar, luchan cada día para no tener que colgar en sus ventanales un cartel que anuncie su cierre inmediato. Eso sí, lo hacen solos porque "somos os grandes esquecidos para o Concello. Parece que da Praza Maior hacia O Posío non é Ourense", dice Camila Deprado, responsable de la colchonería Rimo, establecimiento con más de 35 años de historia. El desplante más reciente, aseguran en Villar, fue dejarlos sin alumbrado navideño y ni tan siquiera ofrecerles la posibilidad. Sin embargo, desde la Concellería de Comercio desmienten este hecho. "Pediuse a colaboración por activa e pasiva facendo incluso, a través da prensa, pública a solicitude de colaboración", dijo la concelleira Ana Morenza. Además, explica que se preocuparon por todas las zonas aunque matiza que el alumbrado es para los vecinos y no solo para los comerciantes."O Concello, por desgracia, non pode chegar a todo porque o presuposto non o permite", explicó.
La falta de limpieza y edificios en ruinas convierten a estas calles y sus colindantes en poco atractivas para montar un negocio "cando, por exemplo, a rúa Villar foi no pasado o Corte Inglés de Ourense", afirma Carlos Rodríguez, gerente de A Bufarda. Ahora solo los más atrevidos alquilan. Es el caso de Noemí Silva que, tras unos meses cobrando el subsidio de desempleo, se lanzó con Buda, una tienda que ofrece artículos hechos en la India. No obstante, dice que las ventas están siendo muy flojas y teme tener que cerrar; una situación a la que están condenados los nuevos comercios. "Non duran nin dous días", dice Olga Vázquez, dueña de la peluquería Everman 2, situada en la misma calle.
Los comerciantes, tanto los más veteranos como los nuevos emprendedores, piden al Concello una mayor implicación para promocionar la zona ya que se sienten marginados. "Non ten sentido que para cambiar una bombilla teñamos que estar dous meses detrás do Concello insistindo", explicó Celso Álvarez, propietario de la joyería Imperial. Lleva a cargo del local 35 años y afirma que la actitud del Concello siempre fue la misma, "de abandono. No solar da rúa Pelayo pódese atopar de todo. De feito, a grúa que hai leva máis de 10 anos ahí", explicó. Por eso, pide al gobierno local que tome medidas con el objetivo de promocionar la zona.
Precisamente, desde la concellería de Urbanismo explican que están trabajando para potenciar los negocios "pero es necesaria la iniciativa privada por parte de los propietarios de las parcelas", explicó el concelleiro de este departamento, José Cudeiro. Además, afirma que están tramitando ceder a la Xunta dos solares y un edificio para poder construir viviendas de protección autonómica y mejorar la implantación de la población en esta parte del casco viejo.
