El olvido de niños en coches es más común de lo que parece

Minuto de silencio en O Porriño en recuerdo del menor fallecido. 
CONCELLO DE PORRIÑO
photo_camera Minuto de silencio en O Porriño en recuerdo del menor fallecido. CONCELLO DE PORRIÑO
Esta imprudencia está castigada con penas de cárcel de entre uno y cuatro años si conlleva la muerte del menor

El pasado 6 de julio conocíamos la triste noticia de un bebé que murió en O Porriño tras ser olvidado durante seis horas en un coche. Un hecho que tendría que ser rara avis pero, por desgracia, es más común de lo que parece. De hecho, en Vigo, solo unos días después, los bomberos tuvieron que rescatar a un niño del interior de un vehículo, donde se quedó encerrado de forma accidental al activar el llavero con el que estaba jugando. No solo en España este es un suceso habitual, en Estados Unidos alrededor de 38 niños mueren cada año a causa de ser olvidados en vehículos, según un estudio de NoHeatStroke.org.  

A pesar de que en Ourense no hubo casos relacionados con un despiste, los servicios de emergencia sí que han tenido en varias ocasiones que rescatar a menores del interior de los vehículos. Por ello, recomiendan tener especial cuidado con estos descuidos, ya que los niños son especialmente sensibles a las altas temperaturas, y en los coches se puede producir un efecto invernadero con los cristales haciendo que aumenten bastante. Además, recuerdan que los menores, al igual que los mayores o los enfermos crónicos, necesitan extra hidratación.

De hecho, según los estudios, en solo 45 minutos la temperatura en el interior del vehículo sube 20 grados. A las dos horas y media, es un 88% mayor que la que hace en el exterior. Por tanto, si en el exterior hay 39 grados, el vehículo puede tener zonas interiores a 70 grados.

Asimismo, para evitar un golpe de calor en los menores es recomendable cubrir el sistema de retención infantil cuando no está el niño con una funda anticalórica y rebajar la temperatura del interior del coche antes de montar al niño o al bebé en el interior del mismo.

El artículo 142 del Código Penal dice que aquel que “por imprudencia grave cause la muerte de otro” será castigado “como reo de homicidio imprudente” con penas de prisión “de uno a cuatro años”. 

Dentro de esa horquilla, el juez valorará si hay algún agravante  y, en caso de no existir ninguno, se aplicaría una condena de la mitad para abajo del baremo.

En todo caso, el olvido de un bebé en el interior de un coche causándole la muerte es un homicidio imprudente porque, aun no queriendo el resultado, el padre o la madre “infringió un deber de diligencia totalmente correlativo a su responsabilidad como progenitor”. 

Pese a ello, en estos casos, cuando no existe ningún agravante, el responsable puede librarse de entrar en prisión, ya que el arrepentimiento puede ser considerado como atenuante. Si colabora y reconoce los hechos, se reduce la pena. Lo normal es una condena de uno a dos años de prisión, que quedará suspendida durante un periodo de tiempo en el que no puede volver a delinquir.

Los bebés, vulnerables ante los cambios bruscos de temperatura

El jefe del Servicio de Pediatría del Complexo hospitalario Universitario de Ourense, Santiago Fernández Cebrián, explica que “la elevación tan alta de la temperatura corporal de una persona sin tener capacidad de hidratación es una urgencia médica que puede llevar a la muerte”.

Esto se produce cuando sufrimos un golpe de calor, que es “la exposición que tiene el cuerpo humano a altas temperaturas, que puede provocar una pérdida de agua y una alteración del sistema de la regulación de la temperatura corporal que produce un sobrecalentamiento en el cuerpo que impide que nuestro organismo funcione de una manera correcta”.

Fernández señala que los bebés, cuanto más pequeños, son más vulnerables para los cambios extremos de temperatura porque “tienen menos reserva de agua corporal y su organismo es más inmaduro”.

Además, indica que en los vehículos la temperatura se eleva rápidamente, por lo que, cuando los niños se quedan encerrados en él, su temperatura corporal sube y a partir de 39 o 40 grados empiezan a marearse, tener vómitos, fiebre, dolor de cabeza y poco a poco se ponen taquicárdicos y, en los casos que evolucionan peor, pueden sufrir pérdidas de conciencia, deshidratación intensa, respiración superficial o calambres musculares y si no se actúa, pueden fallecer por una deshidratación extrema.

En caso de que uno se olvide a un menor en el coche, cuando vuelva al vehículo si ve al niño muy sudado hay que situarlo en un sitio ventilado, quitarle la ropa, colocarle agua fresca en las distintas partes del cuerpo, nunca con hielo, o darle de beber si está consciente y sin vomitar. Aunque, lo más recomendable es trasladarlo al hospital lo antes posible.

Te puede interesar