Reclamaba al alcalde que resuelva un litigio urbanístico que mantiene con un vecino del municipio

Un ourensano roció con una lata de gasolina el Concello de Crecente para prenderle fuego

Con una lata de gasolina en una mano y un mechero en la otra. Así entró el ourensano Raúl Álvarez Pérez en el Concello de Crecente (Pontevedra). Tras rociar con el combustible papeles y muebles intentó plantar fuego a las instalaciones, al parecer, por un litigio urbanístico que mantiene con un vecino y pretende que se lo resuelva el regidor. Un policía local que estaba en el interior del Consistorio convenció al incendiario para que depusiera su actitud, después de que los funcionarios salieran corriendo.
Los cuatro funcionarios del Consistorio de Crecente (Pontevedra) y un policía local tardarán mucho en olvidarse del lunes 12 de noviembre. Lo que prometía ser una jornada de rutina, se transformó en una pesadilla inesperada, cuando al filo de las nueve de la mañana, Raúl Álvarez Pérez, de 54 años, con domicilio en Ourense, irrumpió en la Casa Consistorial al grito de todos fuera y blandiendo en una mano un mechero y en la otra una lata con tres litros de gasolina. ’Voy a plantarle fuego a todo esto’, repetía, mientras rociaba con el líquido inflamable el mostrador de entrada, las mesas y los papeles. Lo que podía haber terminado en tragedia, se quedó en un tremendo susto, gracias al policía local de servicio, Marcos Gómez Almuíña, que en lugar de huir, como hicieron los cuatro trabajadores y un vecino que estaba en las dependencias municipales, se quedó en el interior tratando de calmar al incendiario que, fuera de sí, continuaba gritando y exigiendo un juez, una ambulancia y la presencia del alcalde.

El alcalde no estaba en ese momento y dado que Crecente carece de juez, el policía aprovechó para convencer al individuo de que su petición sólo podría ser atendida previa llamada telefónica, lo que le dio pie para alertar a la Guardia Civil de Arbo (Pontevedra) y un agente, vestido de paisano, tardó pocos minutos en acudir al consistorio con la excusa de arreglar unos papeles. A pesar de la reticencia del presunto pirómano y aprovechando un descuido, policía local y guardia civil consiguieron reducirlo y trasladarlo al cuartel de Ponteareas.

Raúl Álvarez reside en la calle Júpiter del barrio ourensano de Covadonga y es propietario, jun to con su mujer y cuñados, de una casa en la zona de Filgueira (Crecente). Según fuentes de la investigación, desde 1995 mantiene un litigio urbanístico con los dueños de una propiedad colindante y solicita al Concello una solución al problema.

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