ENTREVISTA

"En Ourense están los mejores anestesiólogos geriátricos del mundo, es de sentido común"

OURENSE. 21/12/2018 CHUO. Entrevista al Doctor Fermin Dominguez Hervella Foto: Miguel Angel
photo_camera Fermín Domínguez Hervella, en el CHUO.

Fermín Domínguez Hervelle, jefe del servicio de Anestesiología del CHUO, explica cómo está el departamento y cómo ha evolucionado en los últimos años

 

Fermín Domínguez Hervella (Ribadavia, 1954) es el jefe del servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del dolor del CHUO desde hace 6 años. Antes, fue jefe de Urgencias, también en Ourense,"una época muy bonita de mi vida". Desde que empezó su especialidad de Anestesiología en 1978, ha visto numerosos cambios alrededor, desde el incremento del número de compañeras médicos hasta el tipo de técnicas, como la cada vez más empleada sedación fuera de quirófano, en pruebas como colonoscopias o resonancias magnéticas, entre otras. 

¿Es el anestesista el gran desconocido de los médicos?

Somos muy desconocidos. La actuación del anestesiólogo -preferimos hablar de anestesiólogo- no se limita al campo quirúrgico. Nuestras funciones van desde hacer un estudio preoperatorio, para conocer condiciones y riesgos del paciente, atender el intraoperatorio, para vigilar su funciones vitales y recuperarlo tras la operación, antes de llevarlo a planta. 

En el CHUO el servicio se amplía. 

En nuestro hospital, desde hace más de 40 años llevamos al paciente crítico después de la operación quirúrgico. Además, atendemos a los pacientes politraumatizados más graves de la provincia y varias áreas de Monforte, porque tenemos aquí la base del helicóptero. Aquí somos pioneros en ambas facetas, además del tratamiento del dolor crónico.

Son las plantillas más numerosas de los hospitales, ¿son su médula espinal?

Bueno... (risas). A nosotros lo que nos gusta es ser discretos, tenemos que serlo. Vemos lo que se hace en cada quirófano, las complicaciones, lo que pasa en las plantas. ¿La médula? No escogería esa palabra, pero sí atendemos una parcela importantísima del trabajo de un hospital y es algo que no trasciende a la opinión pública.

Hay menos accidentes que hace años.

Sí, pero cuando el paciente llega aquí, llega en situación muy crítica. Yo formé parte del patronato del 061 en los inicios. Es un servicio excepcional y gracias a ellos, que los atienden in situ, sobreviven muchos más pacientes que antes. 

Pero han aumentado las caídas entre la población ourensana. 

Sí, el envejecimiento es brutal y los nacimientos están estancados. Suelo decirles a mis compañeros que hacen labor asistencial que son los mejores anestesiólogos geriátricos del mundo, ya no solo de España. Es de sentido común, tenemos la población más envejecida de España y de las más de Europa y del mundo. Además, es que lo hacen de maravilla. 

¿A qué tipo de pacientes atienden?

Trabajamos con un material muy sensible: anestesiar a pacientes de 90 años, operar a pacientes de 100 años con rotura de cadera, ancianos polimedicados con múltiples patologías... Los residentes que se marchan fuera están muy a "gustito" porque anestesian a pacientes mucho más sanos que aquí. 

¿Qué le duele a la provincia? 

En la unidad del dolor de nuestro servicio, y en general, los casos más comunes son las lumbalgias, los dolores de espalda. La osteoporosis en las mujeres lo incrementa, y también, y volvemos a lo mismo, la edad. Otra parte fundamental de nuestra unidad de dolor es el tratamiento del paciente oncológico. 

¿Cuáles son los retos del tratamiento del dolor? 

Mi objetivo particular en este momento es conseguir una unidad del dolor agudo, que es distinto del crónico. Utilizamos mucho la analgesia epidural para aliviar este tipo de dolor de las cirujías pesadas (hígado, páncreas, recto, estómago...). Necesitamos más control sobre el proceso, por eso le pediré al gerente una unidad propia. 

¿Qué otros retos presenta el 2019?

Adecuar la plantilla en los hospitales comarcales, es decir, que se cubran los especialistas y que no tenga que enviar a gente y que estén en la carretera. En el CHUO,  también, adecuar la plantilla a las necesidades reales y no olvidarse del aspecto docente y de la investigación, ambos muy difíciles cuando la presión asistencial es muy elevada, como ahora. 

¿Habrá, al igual que en pediatría, próximas jubilaciones?

Nuestra plantilla es joven, el mayor somos un compañero y yo, luego hay un decalaje de 10 años. Y el resto de la gente está por debajo de los 40.

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