El alto envejecimiento, el bajo nivel de natalidad y una escasa capacidad para atraer población foránea seguirán despoblando la provincia en la próxima década, según una proyección del INE

Ourense perderá más de 22.700 habitantes hasta 2021

Vecinos de A Rúa en la feria de ayer. (Foto: LUIS BLANCO)
Dentro de 10 años, Ourense tendrá aproximadamente 22.700 habitantes menos, si se cumplen las previsiones que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) tomando como referencia la evolución poblacional reciente y las tendencias previstas.
Así, teniendo en cuenta la evolución negativa que viene registrando la provincia en las últimas décadas, las previsiones del INE para el próximo decenio son también pesimistas. En concreto, el pasado 1 de enero residían en la provincia 324.435 personas (cifra que no se corresponde con los empadronados, sino con una estimación que realiza el INE sobre los residentes reales, independientemente de donde estén censados), pero en la misma fecha de 2021 quedarán 301.294. En términos porcentuales, supone una pérdida del 7%, la quinta mayor de las provincias españolas.

En este sentido, la evolución poblacional de los próximos años registrará importantes cambios, si se cumplen estas proyecciones. Así, mientras en los ejercicios precedentes se registró un crecimiento generalizado en España y solo perdían habitantes unas pocas provincias del interior, en los próximos años el descenso poblacional se generalizará en buena parte de las regiones españolas, incluyendo también las zonas más dinámicas. Así, la que perderá más habitantes es Zamora (8,6%), aunque con muy poca diferencia de Barcelona (-8,58%), las segunda provincia española en número de habitantes. En tercer lugar se sitúa Lugo (-7,50%) y Palencia ocupa la cuarta posición en pérdida de habitantes (-7,27%). En total, 34 de las 50 provincias españolas verán reducida su cifra de residentes.

A nivel nacional, esta evolución se traduce en un descenso de 567.351 habitantes hasta 2020, después de haber ganado 5.676.202 durante el pasado decenio.

En el caso de Ourense, la causa de su fuerte pérdida poblacional no radica en los movimientos migratorios (ya que seguirán llegando a la provincia más personas de las que se marcharán), sino en un elevado envejecimiento que origina que la cifra de defunciones al año duplique a la de nacimientos, aunque éstos irán a menos año a año.

Así, el número de recién nacidos, que el año pasado alcanzó los 2.055, irá descendiendo a un ritmo medio de 50 menos cada año y, según la previsión del INE, se reducirá a 1.557 en 2020. También el número de fallecimientos caerá, pero las defunciones son muchas más y descenderán a menor ritmo. Así, el año pasado se registraron 4.616 muertes, cifra similar a la que se prevé este año y el próximo, mientras desde 2013 irán descendiendo a una media de entre 15-20 al año, hasta quedarse en 4.455 en el año 2020. Así las cosas, se agravará la diferencia entre el número de nacimientos y el de fallecimientos: si el año pasado murieron 2.561 personas más de las que nacieron, esta cifra irá creciendo año a año y en 2020 se prevé que la cifra de defunciones supere en 2.900 a la de recién nacidos.

La llegada de habitantes del resto de España o del extranjero no logrará compensar este proceso. Así, el estudio calcula que cada año se irán a otros países unas 200 personas, pero llegarán 225. Mientras, al resto de España se marcharán 5.000 ourensanos cada año, pero entrarán unos 5.230.

No obstante, este saldo migratorio positivo (255 residentes por año), está muy lejos de paliar el déficit poblacional causado por el alto número de defunciones y los escasos nacimientos.

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