Pablo Sánchez Ferro, director del Archivo Histórico Provincial de Ourense, desvela la situación actual de la entidad y explica la importancia del pasado en la sociedad.
Corría el año de 1943 cuando el historiador Xesús Ferro Couselo fundó el Archivo Histórico Provincial de Ourense. Hoy tras 65 años de vida, su nieto Pablo Sánchez Ferro dirige este organismo encargado de atesorar la memoria colectiva de la provincia. La semana pasada, Sánchez Ferro, en colaboración con Francisco Sandoval publicaba el primer volumen de los Cuadernos de Arquivística e Cultura Escrita, titulado As Orixes do Arquivo Histórico Provincial de Ourense. Esta obra analiza los antecedentes y las distintas fases de formación del archivo ourensano, en las que intervinieron personajes como Juan Fernández Xesta, Olga Gallego o Pedro López.
¿Cuál es el objetivo de esta publicación? Dar a conocer a los ourensanos la labor y la historia del Archivo. A veces a los archiveros nos cuesta trabajo involucrarnos con la sociedad civil, pues nos piensan como un almacén de papeles viejos. La idea de estos cuadernos es sacar uno cada año. ¿Cómo surge la idea de crear estos volúmenes ? En el año 2006 los archivos provinciales cumplieron su 75 aniversario tomando como fecha la aplicación del Decreto de 1931. En Ourense, este año celebramos 65 años de vida del Archivo Histórico Provincial desde su fundación en 1943. Es un buen momento para empezar a reflexionar sobre su labor. Ourense es una ciudad que cuida los recuerdos y los que lean este libro podrán descubrir la historia de los defensores de la memoria. ¿Qué cambios importantes ha sufrido el organismo en estos 65 años? Lo que ha cambiado esencial mente es lo que tiene que ver con la parte tecnológica. Ahora mismo quizás no nos damos cuenta, pero el papel como tal va a desaparecer completamente, en su lugar llegarán los grandes servidores y los receptores de documentos que facilitan la digitalización de los fondos. La archivística española ha ido mejorando en el aspecto científico. Este archivo practica una archivística científica basada en el principio de procedencia. Otro de los cambios que se han dado es que los archivos se han ido abriendo a los ciudadanos. El acceso a la documentación es libre y gratuito. Actualmente tenemos cinco kilómetros lineales de documentos.
¿Cómo utilizan los ourensanos el Archivo ourensano? Hay gente que se dedica al ocio culto, que al igual que va a un museo, se acerca a un archivo y ve documentos antiguos en los que puede conocer desde cuestiones personales, hasta la historia y el funcionamiento de las instituciones públicas o privadas. Somos una de las entidades con más fondos de carácter privado, gracias a las donaciones de personas y a los documentos de instituciones religiosas desamortizadas de la provincia que no fueron trasladados al Archivo Histórico Nacional, en Madrid.
¿Ha aumentado el número de visitantes en los últimos años? Por desgracia va en retroceso y no sólo en Ourense, pues es la dinámica general en todo el estado español. Se atiende poco a las fuentes primarias y se hace más historia con las interpretaciones secundarias que existen. Esto es un gran problema y un gran desaprovechamiento de la capacidad de conocer de primera mano nuestro pasado. En cuanto al sector universitario, veo muy poco interés en especial por parte de los estudiantes, pues sólo algunos profesores se mantienen investigando a partir de la fuente primaria.
¿Qué importancia tiene la historia en nuestra sociedad? Si hacemos un símil biológico, descubrimos que nuestros genes tienen un recuerdo de cuatro generaciones y contra eso no podemos luchar. Todo eso es memoria y es pasado. El Archivo representa la historia ourensana que está ahí aunque no lo sepamos. La historia permite que uno sepa de dónde procede. El pasado es una herramienta que nos ayuda a saber hacia dónde dirigirnos. Nadie puede crear tu identidad y el pasado nos ayuda a forjar nuestra identidad.
¿Qué significa ser director del archivo? Me dedico fundamentalmente a buscar recursos económicos, a planear actividades culturales y a abrir el abanico social, pues este lugar puede llegar a tener incluso interés turístico ya que está dirigido tanto a los niños como a la gente mayor. Muchas personas no saben ni siquiera qué es un archivo e incluso le dan una connotación secreta y oculta.
¿Cuál es el objetivo de esta publicación? Dar a conocer a los ourensanos la labor y la historia del Archivo. A veces a los archiveros nos cuesta trabajo involucrarnos con la sociedad civil, pues nos piensan como un almacén de papeles viejos. La idea de estos cuadernos es sacar uno cada año. ¿Cómo surge la idea de crear estos volúmenes ? En el año 2006 los archivos provinciales cumplieron su 75 aniversario tomando como fecha la aplicación del Decreto de 1931. En Ourense, este año celebramos 65 años de vida del Archivo Histórico Provincial desde su fundación en 1943. Es un buen momento para empezar a reflexionar sobre su labor. Ourense es una ciudad que cuida los recuerdos y los que lean este libro podrán descubrir la historia de los defensores de la memoria. ¿Qué cambios importantes ha sufrido el organismo en estos 65 años? Lo que ha cambiado esencial mente es lo que tiene que ver con la parte tecnológica. Ahora mismo quizás no nos damos cuenta, pero el papel como tal va a desaparecer completamente, en su lugar llegarán los grandes servidores y los receptores de documentos que facilitan la digitalización de los fondos. La archivística española ha ido mejorando en el aspecto científico. Este archivo practica una archivística científica basada en el principio de procedencia. Otro de los cambios que se han dado es que los archivos se han ido abriendo a los ciudadanos. El acceso a la documentación es libre y gratuito. Actualmente tenemos cinco kilómetros lineales de documentos.
¿Cómo utilizan los ourensanos el Archivo ourensano? Hay gente que se dedica al ocio culto, que al igual que va a un museo, se acerca a un archivo y ve documentos antiguos en los que puede conocer desde cuestiones personales, hasta la historia y el funcionamiento de las instituciones públicas o privadas. Somos una de las entidades con más fondos de carácter privado, gracias a las donaciones de personas y a los documentos de instituciones religiosas desamortizadas de la provincia que no fueron trasladados al Archivo Histórico Nacional, en Madrid.
¿Ha aumentado el número de visitantes en los últimos años? Por desgracia va en retroceso y no sólo en Ourense, pues es la dinámica general en todo el estado español. Se atiende poco a las fuentes primarias y se hace más historia con las interpretaciones secundarias que existen. Esto es un gran problema y un gran desaprovechamiento de la capacidad de conocer de primera mano nuestro pasado. En cuanto al sector universitario, veo muy poco interés en especial por parte de los estudiantes, pues sólo algunos profesores se mantienen investigando a partir de la fuente primaria.
¿Qué importancia tiene la historia en nuestra sociedad? Si hacemos un símil biológico, descubrimos que nuestros genes tienen un recuerdo de cuatro generaciones y contra eso no podemos luchar. Todo eso es memoria y es pasado. El Archivo representa la historia ourensana que está ahí aunque no lo sepamos. La historia permite que uno sepa de dónde procede. El pasado es una herramienta que nos ayuda a saber hacia dónde dirigirnos. Nadie puede crear tu identidad y el pasado nos ayuda a forjar nuestra identidad.
¿Qué significa ser director del archivo? Me dedico fundamentalmente a buscar recursos económicos, a planear actividades culturales y a abrir el abanico social, pues este lugar puede llegar a tener incluso interés turístico ya que está dirigido tanto a los niños como a la gente mayor. Muchas personas no saben ni siquiera qué es un archivo e incluso le dan una connotación secreta y oculta.
