Parada de Sil, un festín para los sentidos

Mirador do Castro
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Para los buenos conocedores del lugar, en Parada de Sil existe un variado patrimonio monumental y etnográfico, pero, además, los visitantes suelen destacar la diversidad en la oferta gastronómica y en los vinos de la Ribeira Sacra, sumado todo ello a un lugar excelente para buscar tranquilidad y descanso. Prueba de ello son los platos que ofrecen en los restaurantes locales, cuidando la gastronomía tradicional de la Ribeira Sacra. Las recetas más populares se elaboran con buenas carnes y vinos de la zona, y su preciada castaña.

O Curtiñeiro, un encantador rincón gastronómico de Parada, abría sus puertas en 2009. Bajo la experta dirección de Inma Álvarez, este pequeño restaurante con capacidad para 50 comensales se ha ganado un lugar especial entre lugareños y visitantes. En O Curtiñeiro, cada plato se prepara con productos locales y de proximidad, lo que le confiere ese toque auténtico. Los domingos son un día especial en este acogedor lugar, con la irresistible oferta de callos y cordero que atrae a comensales tempraneros deseosos de saborear estos manjares. Inma, con su amable sonrisa, nos cuenta con orgullo que la castaña desempeña un papel fundamental en Parada de Sil. “Sempre temos castañas no menú todo o ano, ben sexa en purés, cremas, acompañando segundos platos ou como postre”, explica. Además del menú diario, ofrece comidas para grupos, aunque siempre por encargo.

Inmersos en el regazo del tiempo, pueden optar por el descanso en la Reitoral de Parada, una joya del turismo rural que encierra siglos de historia. Esta casa de huéspedes, ubicada en un antiguo priorato del siglo XVII que una vez albergó a los parroquianos locales, es el refugio perfecto para los viajeros que buscan la combinación entre lo antiguo y lo moderno. Inaugurada en 2019, su propietario, José Antonio Losada, un auténtico embajador de la casa y de la Ribeira Sacra, explica que la Reitoral de Parada es el resultado de una cuidadosa rehabilitación, llevada a cabo con un profundo respeto por la historia, reflejando en cada rincón el cariño con el que se ha restaurado. El alojamiento ofrece siete habitaciones, decoradas con una sencillez exquisita, sin comprometer la calidad. Cada elemento de este lugar invita al visitante al descanso.

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