MOVIMIENTO SíSMICO EN SUDAMéRICA

“Parecía que nunca pararía"

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photo_camera José Manuel Vázquez, Xiomara Montero y sus pequeñas hijas.

José Manuel Vázquez, ourensano residente en Chile, vivió con su familia el terremoto de 8,4 grados que afectó la noche del miércoles a ocho regiones del país y dejaba más de un millón de evacuados 

n n nAl menos 11 muertos, según la última estimación oficial, un millón de evacuados y millonarias pérdidas materiales causó el terremoto de 8,4 grados Richter que la noche del miércoles afectó a ocho regiones del centro norte de Chile. El movimiento telúrico -el tercero más fuerte en la historia de esta convulsionada nación, donde en 1960 se registró el mayor terremoto de la Historia- tuvo su epicentro a 46 kilómetros al oeste de la localidad norteña de Canela y 15,7 kilómetros de profundidad.

Los fallecidos son personas aplastadas en los derrumbes, arrastradas por el tsunami que siguió al terremoto y adultos mayores que sufrieron infartos cardíacos, según los datos ofrecidos por el Gobierno.

En primera persona vivieron la catástrofe el ourensano José Manuel Vázquez, originario de Sande, en el Concello de Cartelle, su mujer Xiomara Montero y sus hijas mellizas de 5 años Aitana y Almudena.

Aún con el susto en el cuerpo, José Manuel se comunicaba con su familia en Galicia para tranquilizarles y decirles que, a pesar del susto, la familia se encontraba bien y a salvo. "Estamos todos bien, pero esto no fue normal, aún siguen las réplicas aunque ya con menor intensidad -decía desde Chile José Manuel Vázquez-. Nosotros estábamos en el ascensor llegando cuando inició el terremoto, gracias a Dios se abrió la puerta y bajamos a la calle de inmediato. Después, estuvimos vestidos hasta las 12 de la noche que decidimos acostarnos, pero ha temblado durante la madrugada".

“Un susto muy grande"

La familia, que lleva sólo unos meses en Chile, donde llegaban desde Venezuela, reconocía que el susto había sido muy grande. "Durante la noche nos hemos despertado por la intensidad, estábamos entre dormidos y despiertos con un bolso listo por si acaso, Aitana -una de las pequeñas-, es la que peor lo pasó, se asustó muchísimo porque en realidad no solo fue fuerte, también fue larguísimo pues duró más de dos minutos y parecía que no fuera a parar nunca. Después la cantidad de réplicas también generaron mucha angustia".

La Embajada española en Chile y el cónsul están en contacto permanente con las autoridades del país latinoamericano para comprobar si hay españoles afectados entre los damnificados por el terremoto.

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