Aspanas Termal gestiona la limpieza viaria de seis parques de la ciudad y cuenta con una plantilla de 28 trabajadores sólo en este departamento. Favorecer la inclusión de las personas con discapacidad, es su principal hoja de ruta.

Parques limpios de exclusión

Dos trabajadores de Aspanas Termal recogen basura en el Parque de San Lázaro, ayer. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Pequeños gestos como tirar un envoltorio a la papelera o no esconder las colillas en zonas ajardinadas con tierra, que en teoría y por ley no deberían estar ahí, podrían facilitar su trabajo. Sin embargo, al equipo de trabajo de limpieza viaria de Aspanas Termal, formado por 28 personas -26 de ellas con discapacidad intelectual- no les llega a incomodar. Con ilusión, ganas y de una forma muy minuciosa acondicionan las zonas de recreo y ocio de la ciudad. En concreto, desarrollan su trabajo a diario en los parques de San Lázaro, Concejo, Faílde, Alameda, Posío y Os Remedios.
Para muchos ourensanos su uniforme consistente en un pantalón azul, camiseta verde con chaleco reflectante a juego y guantes, ya es un viejo conocido. Su andadura comenzó en el año 2007, y con el tiempo han ampliado sus áreas de trabajo. Si algo caracteriza a este departamento de Aspanas Termal es su permanente contacto con la gente. Así, para la psicóloga y responsable del programa de acompañamiento social de la entidad, Virginia Fernández Vento, 'el hecho de estar en zonas tan visibles, nos permite entablar relación con los viandantes que a menudo, trazan su ruta por estas zonas y nos saludan, porque nos los encontramos todos los días'.

A la hora del café, las conversaciones de los trabajadores son muy variopintas, desde política hasta los típicos planes de por la tarde. El ambiente, como es de esperar, da cuenta de que, además de compañeros de trabajo, son amigos. Más tarde, con los guantes puestos, todos saben en cada momento lo que tienen que hacer.

Una de las ideas que recalca Fernández es la de que en épocas de crisis hay que seguir trabajando por la no exclusión en el mercado laboral de las personas con más dificultades. En esta dirección, la psicóloga matizó que 'tienen derecho a trabajar como cualquier otra persona, y porque estando en activo no sólo les reporta beneficios personales a ellos, sino que repercute en la sociedad'. Y es que al estar cotizando 'no se convierten en usuarios de prestaciones ni pensiones, algo que contribuye a la economía en general' y supone un coste cero a la Administración, matizó Fernández.

El retrato de una persona con discapacidad intelectual se podría resumir, según la psicóloga, en personas que 'van a pecho descubierto'. Algo que en la teoría se traduce en gente que cuenta con capacidades diferentes y una serie de limitaciones.

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