Apenas se ven nubes en el cielo y mercurios marcan máximas de 32 grados a lo largo del día, razones de más para regalarse un chapuzón en las piscinas públicas de la ciudad.
Las piscinas municipales de Oira acaban de abrir sus puertas, marcando el inicio de la temporada estival. Eso sí, se mantienen algunas medidas de la época más virulenta de la pandemia: un aforo limitado a 575 personas y el requisito de reservar plaza gratuitamente a través de la web del Consello Municipal de Deportes y la app de las Piscinas Municipales de Ourense.
El Concello ofrece a los mayores de 70 años 30 plazas exclusivas en el horario de las 11 a las 12 horas de la mañana. Los que se encuentren en esta franja de edad, normalmente menos familiarizados con las tecnologías digitales, están exentos de pedir la entrada con antelación, basta con pedir permiso en el control de acceso del recinto.
Una bañista asidua, Llara Ferreira, aprueba la iniciativa. En su opinión, hay que tener en cuenta a los ciudadanos menos familiarizados con las plataformas digitales y los dispositivos electrónicos: “No creo que muchos tengan un móvil con datos, y menos que se vayan a comprar uno para poder venir a la piscina”.
Por la mañana, cuando el calor aprieta menos, muchos usuarios senior se acercan para hacer ejercicio. Es el caso de Desiderio Martínez, que acude en bicicleta a las instalaciones para darse un baño rápido: “Son máis de nadar un chisco, non tanto de estar ao sol”. A su edad, ya se libra de tener que reservar un sitio, acelerando aún más el paso por el agua.
Rogelio García, jubilado, acudió a nadar con Luis Garrigós tan pronto se enteraron de la apertura de la piscina por La Región. Este año le ha sido más fácil darse un baño en Oira: “Hacía años que no venía, porque el año pasado no hubo manera de conseguir una entrada por internet”. “Hoy hicimos por lo menos 20 quilómetros a nado”, bromea Garrigós.
Por supuesto, también hay tiempo y espacio para las nuevas generaciones. “A las mañanas es más tranquilito, pero a la tarde ya viene gente más joven y hay más movimiento”, apunta Víctor Nieves, socorrista. El personal de la piscina ya tiene la vista puesta en julio, cuando no hay clases y la presencia de jóvenes es más patente.
Para mantener y conservar este espacio público tan necesario durante el verano, el concejal de Deportes, Mario Guede, envió un mensaje: “Pedimos que cumplan la normativa establecida y que cuiden de las instalaciones”. Además, añadió un detalle importante: “Recomendamos que no utilicen el vehículo particular para acceder a las piscinas, ya que la zona de aparcamiento está en obras”.
Las piscinas de Oira, localizadas en un espacio privilegiado en la ribera del Miño, se acercan más a su actividad de antaño, previa al coronavirus. Así, estos baños seguirán siendo un punto de encuentro ideal para todas las edades.
