Un primer día sin papás

El colegio infantil Antela celebró ayer una jornada de puertas abiertas de inicio de curso, una ocasión para que los más pequeños se adaptasen a un entorno lejos de sus padres, con más tranquilidad que en tiempos de restricciones por el covid.

En la escuela infantil de Antela de Ourense, algunos pequeños llevaron mejor que otros el inicio del curso. Los más pequeños, con una edad entre los pocos meses y los tres años, se mostraban más o menos receptivos ante las visitas, con algún que otro llanto en la multitud que no levantaba más que unos palmos del suelo.

El director del centro, José Manuel Rodríguez, subraya la imortancia que esta primera semana supone para los niños que, por primera vez, se encuentran fuera de su entorno familiar: “No período de adaptación os nenos acoden dúas horas ao día durante unha semana para que se dean de conta do que é estar afastados dos pais”.

Según Rodríguez, lo normal es que los niños tengan mayores dificultades para adaptarse a un nuevo entorno si no están acostumbrados al contacto con otros chiquillos y si tampoco han pasado alguna noche fuera el hogar. También la edad importa, como apunta María José González, cuidadora del centro: “En el curso de cero a  un año la adaptación es más fácil, porque al ser pequeños extrañan menos”.

La vuelta a las aulas sin las restricciones por covid ha reducido el uso de la máscara, ahora una recomendación en el interior de las instalaciones: “Case ninguén trae máscara e eu máis unha compañeira sempre recibimos aos pais e aos nenos con ela posta, primeiro, polas familias e, despois, por min”, explica el director del centro.

“En pandemia estuvimos mucho tiempo en tensión”, confiesa  González. Hoy quedan algunas de estas medidas sanitarias, como que los padres no puedan acceder al interior del centro al dejar o al recoger a sus hijos. “En breve, seguramente, puedan volver a entrar, porque poco a poco queremos volver a la normalidad”, pronostica.

Como prueba de fuego para los pequeños novatos, la mañana de ayer recibieron la visita de Gabriel Alén, delegado territorial de la Xunta, acompañado de los medios que cubrían el evento. Tras comprobar la renovación de las instalaciones, el representante del gobierno autonómico aseguró que Galicia era la primera en apostar “por melloras da conciliación familiar e pola loita contra o reto demográfico de facer gratuítas todas as escolas”.

Sin embargo, los más jóvenes no se dieron por aludidos y siguieron jugando e interactuando entre ellos, a la espera de la hora de comer y la siesta matinal.

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