“Quiero irme, mi marido no conoce a nuestro hijo”

Antonina, con su hijo Vladislav, en su casa de la ciudad. (MIGUEL SAMBRÉIJOME)
photo_camera Antonina, con su hijo Vladislav, en su casa de la ciudad. (MIGUEL SAMBRÉIJOME)
La historia de Antonina Bogachuck

Antonina Bogachuck no se imaginó que, ya embarazada de su primer hijo, daría a luz a miles de kilómetros de su país de origen, Ucrania. El 23 de julio nació su bebé, Vladislav, en el Centro Hospitalario Universitario de Ourense. Era el segundo de una refugiada ucraniana que nacía en la provincia, tras el bebé de Irina nacido en junio. Esta mujer llegó en una de las expediciones solidarias protagonizadas por particulares para traer a ucranianos a Ourense: se alojó temporalmente en el Seminario Menor con su madre y su abuela. Después de un tiempo, le facilitaron alojamiento en un chalé situado en Pereiro de Aguiar. Ahora vive en la ciudad, en el barrio de San Francisco, en un piso que también le han facilitado. Posa alegre, con su recién nacido en brazos: “Estoy muy bien en comparación a cuando llegamos, que fue mucha incertidumbre. Ya me siento cómoda aquí. Hemos hecho muchas amistades que nos ayudan y nos sentimos muy acogidos, con mucho calor humano”. 

El gran dolor de Antonina es que su marido, en Ucrania, aún no conoce a su retoño. “Me siento genial en Ourense, pero quiero irme a casa porque echo de menos a mi esposo, está deseoso de conocer a su hijo. La ansiedad, en este sentido, es muy grande para mí. Pero la realidad es que no puedo regresar, es muy peligroso. Y que él venga, imposible”, se lamenta. 

Con el bebé, no ha buscado trabajo. Su madre y abuela son ya mayores y todas se dedican a la crianza del niño. “Estoy feliz de haber dado a luz en España, me he encontrado unos sanitarios muy profesionales”.

Antonina procura aprender español en los escasos momentos libres que le deja el cuidado de su hijo. “Estudio de manera autodidacta y trato de aprender”, cuenta. En marzo, cuando llegó a Ourense, Antonina contaba a este periódico: “Tenía una vida normal con mi esposo, nos preparábamos para tener a nuestro primer hijo. Se nos ha parado la vida, pero decidimos que yo tenía que salir para poder salvar a mi hijo”.

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