Respeto y prudencia. Los familiares ourensanos de Juan Soto Fernández, el emigrante de Freás de Eiras (ayuntamiento de Ramirás) raptado el pasado domingo en la localidad de El Junquito (Venezuela), rechazaban ayer realizar cualquier declaración sobre el desarrollo del secuestro para no entorpecer el caso.
El núcleo familiar de Soto Fernández en Celanova, muy angustiada por el fatal suceso que le ha tocado vivir, estableció ayer un pacto de silencio no sin antes reconocer que finalmente el martes, una llamada telefónica desde Venezuela les confirmaba un primer contacto con los secuestradores. Fuentes cercanas a la familia reconocían a su vez que, tras la llamada, los ánimos están más calmados, pero rehusaban hablar de la cifra puesta al rescate y que algunos medios cifraban en 250.000 euros.
Los hechos sucedían el pasado domingo cuando, alrededor de las nueve de la mañana, dos hombres a cara descubierta abordaban a Juan Soto Fernández frente al negocio de carne y embutidos del que es propietaria su esposa, la también ourensana Elsa Rosario Feijóo. Tras obligarlo a entrar en el vehículo, un turismo blanco, captores y secuestrado huían del lugar sin que hasta la fecha se tenga constancia de su paradero.
'Sólo queremos que esté ben', es el deseo que repiten una y otra vez familiares y amigos del secuestrado, que estos días han hecho del establecimiento celanovés propiedad de la familia de Concepción Soto, un punto de información. Como muchos convecinos de Terras de Celanova, Juan Soto emigró a Venezuela con tan sólo 18 años. Tras trabajar como empleado en los transportes, en la actualidad regentaba un restaurante y un establecimiento de alimentación con su mujer e hijos.
16.917 CASOS EN 2009
Los secuestros están a la orden del día en el país latinoamericano. Según el análisis presentado a finales de agosto por el Observatorio Venezolano de Violencia (en base a las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística), el número de secuestros del año 2009 fue de 16.917.
Sin embargo, los expertos coinciden que el número podría ser mucho mayor porque la mayoría de los casos no se hacen públicos y se solventan al cabo de unas horas o en unos días mediante el pago de un rescate, un delito conocido como 'secuestro express'.
Los hechos sucedían el pasado domingo cuando, alrededor de las nueve de la mañana, dos hombres a cara descubierta abordaban a Juan Soto Fernández frente al negocio de carne y embutidos del que es propietaria su esposa, la también ourensana Elsa Rosario Feijóo. Tras obligarlo a entrar en el vehículo, un turismo blanco, captores y secuestrado huían del lugar sin que hasta la fecha se tenga constancia de su paradero.
'Sólo queremos que esté ben', es el deseo que repiten una y otra vez familiares y amigos del secuestrado, que estos días han hecho del establecimiento celanovés propiedad de la familia de Concepción Soto, un punto de información. Como muchos convecinos de Terras de Celanova, Juan Soto emigró a Venezuela con tan sólo 18 años. Tras trabajar como empleado en los transportes, en la actualidad regentaba un restaurante y un establecimiento de alimentación con su mujer e hijos.
16.917 CASOS EN 2009
Los secuestros están a la orden del día en el país latinoamericano. Según el análisis presentado a finales de agosto por el Observatorio Venezolano de Violencia (en base a las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística), el número de secuestros del año 2009 fue de 16.917.
Sin embargo, los expertos coinciden que el número podría ser mucho mayor porque la mayoría de los casos no se hacen públicos y se solventan al cabo de unas horas o en unos días mediante el pago de un rescate, un delito conocido como 'secuestro express'.
