Los Magos llegaron a Carballiño en limusina y el desfile de O Barco contó con un improvisado peregrino que buscaba el Camino de Santiago

Un rastro de ilusión y caramelos repartidos por toda la provincia

El Rey Melchor saluda a los niños en Xinzo. (Foto: Xesús Fariñas)
Sus Majestades recorrieron la provincia en una jornada trepidante y marcada por la persistente lluvia, en la que carrozas y séquitos recorrieron las calles de pueblos y villas, en ocasiones a mayor velocidad de la prevista y en otras haciendo parada y fonda en los pabellones polideportivos con los niños, caso de Allariz o Xinzo.
A las 17,30 horas arrancaba la cabalgata en Xinzo de Limia y en O Barco de Valdeorras, donde la anécdota la puso un peregrino que se metió en pleno recorrido, tomándole todo el mundo por un heraldo de los Reyes hasta que éste preguntó por el Camino Xacobeo.

Entre una y otra cita, los Reyes Magos llegaban a Carballiño en una limusina blanca, escoltados por coches de la Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil, que fueron los encargados este año de repartir los caramelos por las calles de la villa.

A Ribadavia, los Reyes Magos no llegarían hasta las siete de la tarde, aunque la espera de los más pequeños mereció la pena -se repartieron 200 kilos de caramelos-, como en el resto de la provincia.

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