José Antonio Quiroga pidió "diligencia" y José Araújó ve interés político: "Esperamos que non sexa un precedente"
Las buenas relaciones de los últimos años entre el Concello de Ourense y la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS), organismo dependiente del Estado, amenazan con enturbiarse tras el cambio de color político en el Gobierno, con tres proyectos a la espera de ser ejecutados. El organismo de cuenca exigió "diligencia" al gobierno municipal en tres proyectos pendientes y desde el Concello entienden que se debe a un "posicionamento político".
Ambas instituciones mantienen importantes contactos, habida cuenta de que de la CHMS dependen parte de los proyectos de la ciudad, al encargarse de la planificación hidrológica, las concesiones de derechos de uso privativo del agua, el control de calidad del agua y la protección de las zonas lindantes a los ríos.
El nuevo presidente de la CHMS, el socialista José Antonio Quiroga, pedía el pasado miércoles al Concello "la máxima diligencia en las gestiones que le competen" con tres convenios.
Por su parte, José Araújo, concejal de Medio Ambiente e Infraestructuras, cree que se trata de una politización. "Agora hai unha relación técnica e tamén política", dijo, subrayando que "non quero pensar que isto sexa un precedente do que nos agarda".
Así, dijo que los técnicos municipales trabajan en la tramitación de los convenios de colaboración que la CHMS echa en falta, y que se tendrán "o antes posible".
Los proyectos en espera son tres: mejora del saneamiento de aguas residuales en Velle–con una inversión de tres millones de euros–, la senda fluvial entre Outariz y el Regato do Val –500. 000 euros–, ambos sufragados al 50% entre ambas administraciones, y la instalación de un tamiz automático que evitará la presencia de sólidos y flotantes de contaminación en el aliviadero de Ponte Lebrona, en el Barbaña –85.000 euros financiados totalmente por la CHMS–.
