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Rescatados de los atascos

Tardas en tren a Santiago o en coche a Vigo lo que un madrileño en llegar al siguiente semáforo. A cuatro horas de la capital de España Ourense espera colonos. A ver si se enteran.

Lunes, 27 - Pescando en los caladeros del tráfico

Revisando algunos números sobre el impacto del tráfico en nuestras vidas salen datos asombrosos. En Madrid el tiempo perdido en atascos equivale a una semana de vacaciones, dice el informe estadístico que estaba de guardia esta semana. Es decir, 81 millones de horas perdidas esperando que el coche de adelante se mueva. En las últimas semanas la contaminación limita el uso del vehículo particular, así como su velocidad. Las imágenes de la capital de España nos hacen contener la respiración, no por el miedo, sí por la polución. Vivir en una gran urbe es ceder gran parte de tu existencia a una pretendida civilización. Sus habitantes han subido a la noria y ya no se pueden bajar, aunque muchos lo hayan pensado. Algunas provincias pequeñas como la nuestra podría captar desahuciados del progreso mal entendido que se sufre en las grandes ciudades. Un madrileño tarda en atravesar una gran avenida en coche el tiempo que tardamos en ir en el Avant a Santiago. Desde donde vive a donde trabaja pasa como mínimo el tiempo que nosotros en ir a Playa América. Aún podemos ir a comer a casa, un lujo en decenas de urbes. En el caladero del estrés también podía pescar Ourense, territorio que aún no ha sabido vender sus recursos y calidad de vida, sí su frustración. Hoy lo que importan son las comunicaciones. Miles de trabajadores tienen el mundo en sus dispositivos tecnológicos y trabajan con ellos desde cualquier lugar del planeta, también desde Ourense. Pero, claro, como decía La Región en su portada: Los ourensanos son los ciudadanos gallegos más molestos con el tráfico. Aviados estamos. 

Martes, 28 - En la Cámara ya no se queda ni el último 

Qué nos ha pasado? La frase suena como un disparo cuanto en una ruptura se intentan racionalizar las causas. Lo dejamos para salvarnos no parece una frase que lo justifique. Pues resulta que de la Cámara de Comercio se ha ido ir hasta el último, ese que siempre apaga la luz en las frases hechas. Dimisión en bloque de los órganos de gobierno de la entidad, como recordaba el periódico el martes. Renuncia masiva "para salvar" la entidad, justifican los dimisionarios. Los muertos que vos matáis gozan de buena salud, dice la frase atribuida al Tenorio de Zorrilla. En este caso, la Cámara llevaba años con cara de cadáver aunque en su sede sus gestores creían que solo era cosa del riego. La entidad se va en silencio y en su cortejo fúnebre se rezan salmos y se cantan responsos, que para eso estamos en ese país que entierra tan bien, como dijo Alfredo Pérez Rubalcaba. Incapaces de buscar vías de ingresos diferentes a las cuotas por obligación, inútiles los esfuerzos para buscar más colaboración con otras entidades empresariales, estériles las peticiones de ayuda a las instituciones, sordas las administraciones que prefieren oír peticiones de otras provincias... Pero, sobre todo, indolencia social absoluta por un organismo centenario que se va. Y ya no queda ni quien quiera apagar la luz.  

Miércoles, 29 - Deseando escuchar tan rotunda proclama

El BNG inicia gira para explicar sus "bases democráticas", como informaba este periódico. Inició la ronda en el sindicato CIG. Los nacionalistas apelan a "superar o corsé da Constitución e do Estado". Quizá a la sociedad ourensana no le daba llegado el día en el que podría escuchar tan críptico mensaje. Quizá, solo quizá.

Jueves, 30 - Un desahogo, raro que sea una solución

Resulta que la crisis era la tormenta perfecta, de sus embates no se salva nadie. La tecnología, además, siguió creciendo desbocada y ahí sigue. No hay quien la embride. En estas mismas páginas, en el suplemento Euro, el profesor de Informática, Enrique Barreiro, dice que es imposible saber qué herramientas, productos o servicios habrá en diez o quince años, que se necesitarán decenas de actividades profesionales nuevas que aún no salieron de los laboratorios ni de los programas de los ordenadores. Ya nada volverá a ser lo mismo que antes de la crisis y nadie sabe lo que será necesario en un suspiro. La crisis de crecimiento y adaptación será permanente, estaremos sometidos a constantes cambios, como si viviésemos en una adolescencia eterna. Decía que Einstein que sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, sin crisis no hay méritos. Los taxistas exigen más regulación en las empresas de alquiler con conductor, sobre todo Uber y Cabfy, que nacieron de la tecnología aplicada al ingenio. La protesta siempre es un desahogo, raro que sea una solución. El ingenio y la innovación para competir es el camino, también para el taxi. 

Viernes, 1 - Algunas noticias son de diván 

En una sola página del periódico de este día, casi tomada al azar, hay tres noticias que revelan hasta qué punto nuestras instituciones y quienes en ellas parasitan están para el diván. Un millón de euros más por el solar en el que está el edificio judicial porque el proceso expropiatorio fue anulado. Los vecinos del centro recuerdan que está sin construir la circunvalación norte. Al final, solo está proyectada hace más de 20 años. El nuevo plan de urbanismo sigue en el garaje por la nula capacidad de gobierno y oposición. ¿Y ellos? Ellos bien, gracias.

Sábado, 2 - El debate en casa y la mayoría absoluta

En una nueva vuelta de tuerca la lucha contra el botellón incluye una reforma de la Alameda. El pleno del Concello de Ourense trató por tercera vez en un año este asunto y de momento los resultados están por ver. Ahora bien, aunque solo fuesen tres las ocasiones en las que se abordó este asunto a lo mejor ya excedió el número de veces en las que este tema se debatió en casa con los hijos y los padres sentados frente a frente. Sospecho que, como el gobierno local, los padres han perdido la mayoría. 

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