Los alumnos del Seminario dieron ayer la bienvenida al nuevo curso académico con una jornada que incluyó una celebración eucarística y una lección inaugural sobre la formación de la conciencia moral.
Profesores, alumnos y párrocos dieron la bienvenida al nuevo curso en el Seminario con una misa oficiada por el Obispo de Ourense, Leonardo Lemos en la que se produjo el juramento del claustro de profesores. Tras la celebración, hacia las 13:45 horas se iniciaba la ponencia inaugural del nuevo curso de la que estuvieron dispensados los alumnos más jóvenes, que estudian en el Seminario Menor.
La lección “La formación de la conciencia moral en los aspirantes al sacerdocio. Algunos criterios a la luz del Vaticano II” estuvo a cargo de Evaristo Rúa Prieto, profesor de Moral en el centro, encargado de la casa sacerdotal y cura en cinco parroquias del área de Celanova.
El párroco definía la alegría con la que afrontan el nuevo curso, que siempre "provoca un poco de ilusión en nosotros". Rúa Prieto explicó que comienzan con interés, pero también "con mucha preocupación de cara a lo que se nos viene encima". La escasez de vocaciones en el sacerdocio, los pueblos cada vez más vacíos de gente y la creciente dificultad para atenderles a nivel pastoral, son algunos de los problemas que preocupan este nuevo año, según explicaba el párroco. También insistía en que "afrontar estos nuevos retos, que pasan por una buena formación de los candidatos al sacerdocio".
El obispo, Leonardo Lemos, hablaba de que la situación del seminario de la ciudad está "bastante bien". En la actualidad se encuentran estudiando un total de 25 seminaristas mayores, a los que hay que sumar a los alumnos del Seminario Menor, otros 85 jóvenes. Unas cifras que, según explicó el obispo, indican que es un "momento de esperanza" y argumentaba que "no se pueden quejar" y menos si se compara la situación con la de otras diócesis.
Lo cierto es que entre los futuros sacerdotes se encuentra gente de todas las edades, algunos que sintieron la "llamada" siendo mayores, jóvenes que dejaron su trabajo por comenzar la vida eclesiástica que estaban posponiendo e incluso alguno que ya entró en el Seminario Menor siendo un niño, con la clara idea de que quería destinar su vida a Dios.
La falta de vocación sigue siendo un tema presente y lejos están las cifras de alumnos de décadas pasadas. Rúa Prieto explicaba que desde su punto de vista "no hay una sola causa, son múltiples" y aclaró que a esta situación afecta "el contexto cultural en el que nos movemos" en la actualidad y que hay un eclipse de Dios y de la fe, valores que hoy, no están cotizados al alza".
