La última reordenación sanitaria en Ourense -para cerrar el Hospital de Toén y trasladar los enfermos psiquiátricos a Piñor, y a su vez, concentrar Medicina Interna en el Santa María Nai- y la manifestación convocada esta misma semana por la Plataforma en defensa da sanidade pública, como rechazo a esa política sanitaria, ha devuelto a la actualidad y la controversia la cartera de servicios del Complexo Hospitalario y sus recursos técnicos y humanos, la política sanitaria de la Xunta y la situación de los hospitales comarcales de O Barco de Valdeorras y Verín.
La movilización, sobre la que no se puede ocultar que se produce precisamente en un momento preelectoral, demanda una atención sanitaria moderna y eficaz, con una amplia cobertura de Atención Primaria, a través de la construcción de los prometidos nuevos centros de salud -O Couto y O Vinteún en la ciudad- y, en materia de Atención Especializada centra sus reivindicaciones en la necesidad de una política psiquiátrica adecuada, que evite el traslado de los enfermos de Toén a Piñor porque, dice, ello obligará a reducir camas en el servicio de Medicina Interna, parte del cual se halla en este último hospital.
Nada que ver, claro, con lo que sostiene la gerencia del Complexo Hospitalario. Su responsable, Eloína Núñez, niega la disminución de camas y justifica el cierre de Toén en un recinto que carece de las condiciones necesarias para este tipo de atención. Por el contrario, niega que el traslado a Piñor vaya a reducir camas, puesto que el servicio de Medicina Interna se centralizará en el Nai, que ha sido modificado para garantizar el servicio.
El Sergas ha negado que la provincia sea discriminada con respecto a otras y defiende la gestión en los hospitales de O Barco y Verín, así como la red de servicios de medicina ambulatoria, sobre todo en la ciudad, donde se proyecta -eso sí, desde hace años y sin que se hubiesen iniciado- los centros de salud de dos barrios que acumulan una gran población.
Nada que ver, claro, con lo que sostiene la gerencia del Complexo Hospitalario. Su responsable, Eloína Núñez, niega la disminución de camas y justifica el cierre de Toén en un recinto que carece de las condiciones necesarias para este tipo de atención. Por el contrario, niega que el traslado a Piñor vaya a reducir camas, puesto que el servicio de Medicina Interna se centralizará en el Nai, que ha sido modificado para garantizar el servicio.
El Sergas ha negado que la provincia sea discriminada con respecto a otras y defiende la gestión en los hospitales de O Barco y Verín, así como la red de servicios de medicina ambulatoria, sobre todo en la ciudad, donde se proyecta -eso sí, desde hace años y sin que se hubiesen iniciado- los centros de salud de dos barrios que acumulan una gran población.
