TRÁFICO EN LA CIUDAD

Los semáforos serenan la velocidad y los baches son los reyes de las críticas en A Saínza

A Saínza es una calle en la que influyen muchos elementos. Casi todas las ambulancias que van al CHUO pasan por ella y lo hacen entre baches, un carril fantasma, colas y accesos complicados que ponen freno, eso sí, a las altas velocidades.

Una de las calles más delicadas de la ciudad y con la circulación más acostumbrado a parones de tráfico. Es la rúa de Nosa Señora da Saínza, que enlaza la zona de San Francisco con el barrio de Mariñamansa y que sirve como punto de acceso de usuarios y ambulancias al hospital. Con estos ingredientes, los colapsos están asegurados. Aquí la velocidad no es el principal problema, de hecho algunos vecinos consultados le restan importancia  a la misma, sobre todo tras los cambios de los ciclos semafóricos realizados hace meses y que han servido de elemento disuasorio para excesos al volante. "Antes había más problemas con la velocidad y veías a alguno lanzado, pero desde que cambiaron los semáforos ya no se ven tantos", dice Ismael Pato, uno de los vecinos de la calle. No todos comparten la misma opinión. "A veces parece una autopista", apunta Miguel Vences, que vive en las cercanías. 

En una observación sosegada no se advierten grandes velocidades, aunque llama la atención la cantidad de coches en doble fila que se acumulan en las horas centrales del día. Por momentos, la circulación se asemeja a una carrera de obstáculos. Esto es una constante en toda la calle, aunque el problema aumenta cuanto en dirección hacia la rotonda de Mariñamansa. Allí, al más puro estilo Juan XXIII, el carril derecho no existe. Los repartidores la ocupan mañana y tarde, lo que da buena cuenta de que los estacionamientos de carga y descarga resultan escasos para la cantidad de comercios a abastecer. 

Esta calle fue uno de los puntos en los que más incidencia puso Stop Accidentes en sus diferentes campañas en la ciudad. "No hay barreras arquitectónicas que impidan limitar la velocidad. Siempre hemos propuesto la colocación de un radar fijo aquí", dicen en el colectivo. Eso sí, apuntan a que no sería conveniente en este punto la colocación de pasos de peatones elevados ni reductores de velocidad: "Está el hospital muy próximo y circulan muchas ambulancias". 

Los vecinos ponen el punto de mira en el estado del firme."El asfalto es terrible, hay un socavón tremendo delante de la salida del nuevo hospital, parece una fosa común", dice Pato. Otro vecino, Álvaro García, critica los tiempos de espera en el acceso a la calle en la bajada desde el hospital: "Los días de lluvia parece una ratonera, es demasiado el tiempo de espera". Tito Gómez, que reparte en moto, lamenta que está "chea de buratos", mientras que Borja Pérez, que la usa para desplazarse habitualmente hacia Mariñamansa, critica el "parcheado chapuceiro". 

El estado de la carretera también es criticado desde Stop Accidentes, donde consideran "increíble" que se mantenga así la calle recién inaugurado el hospital. 

Los vecinos también señalan otro de los focos de peligrosidad: el acceso a la Saínza desde la rúa  José Cornide, al final de Ramón Puga. "Es horrible desde que lo cambiaron. La gente de la Saínza piensa que tiene preferencia para los dos carriles, pero no es así", apunta Vences. 

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