ENTREVISTA A

(Hemeroteca) Antonio Álvarez: "Lo del robo de armas en la Comisaría es un auténtico guion de cine negro"

Ourense. 26-08-16. Local. Entrevista ao novo Comisario de policía de Ourense Antonio Álvarez Valencia.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Antonio Álvarez Valencia, el viernes en en su despacho.

El nuevo comisario de la Policía Nacional en Ourense, Antonio Álvarez Valencia, no tira la toalla y echa mano de años de oficio en la universidad de la policía, Cataluña. 

Cree que todas las pistolas robadas en agosto de 2014 aparecerán y no pierde la esperanza, aunque reconoce las dificultades, en poner nombre al asesino de Socorro Pérez. Y, entre tanto, lidia con la tarea de restituir el ánimo en una plantilla superada por los acontecimientos tras el affaire  de las pistolas, la imputación de cuatro agentes del grupo de drogas en el marco de la operación Zamburiña por presuntamente favorecer a narcos y un policía muerto, el supuesto autor de la sustracción de las seis armas y los anónimos que trajeron a Asuntos Internos a Ourense, tras quitarse la vida en su despacho.

¿Cómo le convencieron para hacerse cargo de a una comisaría con problemas en las postrimerías de su carrera profesional?

Sí, mi carrera ya está prácticamente hecha, pero tengo confianza en el nuevo jefe superior de Policía de Galicia y me sentía con fuerza para afrontar esta situación. Además, la situación familiar lo favoreció: mi esposa es funcionaria de los cuerpos generales, podía venirse conmigo, y mi hija vive en León; estoy más cerca de ella.

¿Hubo muchas llamadas?

Tuve que pensarlo varios días. No fueron tantas. Analicé los pros y los contras.  Hice lo que muchos gallegos, ponerme en la peor situación para ver si podría manejarla. Y llegué a la conclusión de que sí.

¿Se ve con fuerzas?

Sí, pero no porque sea un supermán… He visto que aquí hay un equipo de mucha categoría. Muy especializado y con gente muy comprometida. Lo único que necesita es apoyo, dirección operativa y respaldo. La gestión diaria va bien y los números lo confirman.

¿La escasez de plantilla está pasando factura en verano?

Se ha juntado el 20% de vacantes sin cubrir  y las vacaciones, con un 33% menos de funcionarios. Es decir, un déficit del 53% sobre una plantilla ideal. Y con esos números tienes que atender a la seguridad en la calle, la investigación  y servicios básicos de la comisaría (traslados de detenidos, oficina de denuncias…). No queda otra que optimizar los recursos.

¿Pero hubo quejas por demoras en la oficina de denuncias?

Hay más retrasos porque tienes menos gente en determinados momentos, pero fueron quejas puntuales. Soy de la idea que la imagen de la policía se labra mucho en la oficina de denuncias y la del DNI y, por eso, se ha reforzado con un funcionario más por la mañana (tres agentes).

¿Ese 20% menos de vacantes le crea muchos problemas a la hora de planificar servicios?

Claro, porque hay una serie de servicios que son ineludibles y debes sacar gente de la calle para atenderlos. Si tuviéramos ese 20% más de plantilla, podríamos tener dos o tres patrullas más en la calle.

<p></p>¿Le está resultando complicado levantar el ánimo de una plantilla, según dijo a su llegada, “huérfana y superada por los acontecimientos”?

No me resulta complicado. La plantilla estaba desorientada por lo ocurrido, porque cualquier compañero podía ser el responsable de ese tema. Imperaba la desconfianza y eso es lo peor que le pude pasar a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, con gente que se juega la vida en la calle. Se generó una dinámica negativa. Pero vino alguien nuevo, como fue mi caso, desde Barcelona, la universidad de la policía desde hace muchos años, y conozco mi oficio. Tengo experiencia y ganas de aportar. Sin figurar. Así se lo dije a todo el mundo y la gente ha respondido positivamente. Hay situaciones no resueltas, pero se cumple con el trabajo. Delito que se comete, detenido que hay. Prácticamente, no se escapa nadie.

¿Pero no les resulta extraño trabajar con Asuntos Internos pululando por aquí?

Claro que sí. Pero tienes que abstraerte de la situación y poner por delante tu profesionalidad. Eres un servidor público al que paga el ciudadano para que le dé seguridad. Somos operadores de seguridad, esa es nuestra función principal.  

¿Esa desconfianza a la que aludía -el caso de la desaparición de armas aún está abierto- cómo afecta a la plantilla?

Hay una investigación abierta que sigue su curso. Pero mal policía serías si no hicieras tu trabajo, alegando el hecho insólito que ocurrió en esta comisaría. Claro está, la situación por este tema no es ideal, pero cada funcionario debe cumplir su trabajo. 

¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para olvidar?

No lo sé… Esto es un auténtico guion de cine negro... Veremos.

¿Un guion orquestado por una única o varias personas?

No podemos elucubrar ni hacer juicios de valor porque hay una investigación abierta, seria y profesional. Lo que sí, le puedo decir que estamos poniendo toda la carne en el asador en este tema. 

Creo que usted confía en que las tres armas que faltan aparezcan. Eso sería compatible con más policías implicados al margen del agente que se suicidó...

En teoría. Pero, claro, esto son suposiciones y debemos hablar con pruebas y con hechos. Podemos hacer una hipótesis: las armas no fueron robadas para comerciar con ellas sino para causar daño dentro de la comisaría. Aparecieron tres y faltan otras tantas por lo que debemos suponer que alguien las tendrá y seguro que no las tiene la periodista de La Región ni el señor de enfrente. Es un tema que se ha generado en el seno de la comisaría y en su seno tendrá que resolverse.

El anterior comisario, antes de irse, rompió una lanza por los cuatro agentes investigados por supuestamente favorecer a narcotraficantes. ¿Usted lo tiene tan claro?

No puedo romper una lanza por algo que desconozco. Tienen el principio de presunción de inocencia como todo el mundo. Tengo opinión sobre este tema, pero no quiero darla porque está sub iudice. Si al final se demuestra que han violado la ley, ahí está la justicia para poner a cada uno en su sitio. El anterior comisario conocía a los funcionarios y su trayectoria, pero yo no. 

Pero conoce lo qué ocurrió…

Se vieron involucrados en una misma trama (la que partió del robo de armas y anónimos) pero no voy a meterme en la responsabilidad derivada de su trabajo profesional, porque está la autoridad judicial por medio.

¿Es fácil traspasar líneas rojas en el trabajo policial?

No. Grupos como el de drogas trabajan con narcotraficantes y drogadictos, metidos en el barro. Pero existen unos procedimientos legales y una ética profesional, con un código ético también a nivel personal.

¿Verá resuelto el asesinato de Socorro Pérez antes de jubilarse?

La esperanza es que sí. Es un caso que me afecta mucho, por ella y por su padres. Pero está difícil. Detrás de un crimen suelen estar tres variables, odio, dinero (interés) y amor, pero no así en este caso. La ciencia forense también puede ayudar pero el cadáver tardó en aparecer y esa vía está casi cerrada. Aún así, tenemos varias líneas de investigación y estamos viendo miles de datos tanto desde la Comisaría General como nosotros. Tengo esperanzas en base a todo ese trabajo, pero, si se llega a resolver, será a costa de sacar petróleo de donde no hay nada. Partimos de la peor situación.

¿Pasó por un lugar equivocado?

Y en el momento, día, hora equivocados...  El lugar donde ocurrió es inaccesible. Ella se metió por un camino, complicado y poco utilizado por el propio monte, que permite salvar las curvas de la carretera. Tampoco tenemos confirmado el móvil sexual, por falta de vestigios, al que llegamos por descarte y posición del cadáver. Sí sabemos que fue una muerte violenta y no un accidente porque el cuerpo trató de ocultarse con ramas. 
 
¿No deja de ser inquietante que en una ciudad tan pequeña un asesino y violador esté impune?

Desde un primer momento tuve como objetivo combatir la inseguridad subjetiva, aquella por la cual la gente tiene miedo a ser victimizada ya que eso afecta a la libertad. Pero no podemos olvidar que en una ciudad como Ourense, con 106.000 habitantes, hay muchísima gente con una vida oculta y en esa vida a lo mejor son auténticos hijos de puta, auténticos sádicos, pero no lo sabemos.

Pero no asesinos...

No, pero en cualquier momento podrían. Son situaciones que pueden pasar en un colectivo grande. En una colectividad, no podemos olvidar que hay una personalidad pública y otra privada. Esta última, si la conociésemos, saldríamos corriendo. No podemos meter el discurso del miedo, ese que la gente compra enseguida. Ourense es una ciudad muy segura; este año hubo una única violación en el ámbito familiar. Y tampoco debemos olvidar que es una ciudad con delincuencia itinerante, atribuida a gente de paso.

¿La estadística delictiva en verano ha sido favorable?

Muy bien. Han subido bastante los robos en comercios pero atribuidos a gente que ya detuvimos, toxicómanos que van a por el dinero de la caja, alguno ya está en prisión. Y también aumentaron los robos en el interior de turismos para apoderarse de cuatro chorradas. Pero en robos en pisos, que generan gran alarma social, y hurtos hemos bajado. El plan de actuación en Outariz contra los hurtos, en coordinación con Policía Local, dio muy buen resultado. Además, este año, pese a que hubo más turistas, no tenemos constancia de víctimas de delitos en ese colectivo. El plan puesto en marcha este verano va como un tiro. 

¿La lucha contra las drogas se resiente por el desmantelamiento del anterior grupo tras la operación Zamburiña?

Las aprehensiones son menos con respecto al año pasado, pero el grupo nuevo está más orientado al pequeño tráfico. Solo tenemos cuatro funcionarios pero han hecho cuatro operaciones muy buenas este año (en O Posío, Libertad, San Francisco y Covadonga), atacando a los sitios donde se vende la droga, en los lugares a los que acude el consumidor final.

¿Cuáles son su prioridades?

Intentar que los servicios funcionen lo mejor posible con la gente que tengo y teniendo en cuenta que se ha implantado la nueva jornada laboral. A partir de ahí, esclarecer el tema de Socorro y las armas. En tercer lugar, que de ese 20% de vacantes (48 funcionarios) se cubran las más posibles.  

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