Tras una intensa semana de actividades y después de proyectar 114 películas en competición y 187 en ciclos temáticos, el Festival de Cine de Ourense llegó a su fin. Lo hizo ayer en un acto de clausura que duró más de cuatro horas, incluyendo entrega de premios y proyección del largometraje ganador.
A las nueve en punto los cerca de 800 invitados a la gala de clausura del Festival de Cine de Ourense comenzaron a llegar al Auditorio. Los asistentes fueron recibidos por los tradicionales cigarrones ourensanos, lo que daba paso al inicial cóctel de bienvenida en el que degustar antes de entrar en faena gran variedad de aperitivos y canapés. La charla y el brindis se extendió más de la cuenta por lo que los organizadores se vieron en la obligación de hacer sonar una de las alarmas del recinto municipal para indicar a los asistentes que debían ocupar sus asientos.
Como no podía ser de otra forma, personalidades políticas y cargos institucionales ocuparon las primeras filas de la sala. Entre ellos, representantes de la vida cultural y educativa de la ciudad. Así, en el Auditorio se vio al director xeral de Comunicación Audiovisual, Manuel Fernández Iglesias; el teniente de alcalde de Ourense, Alexandre Sánchez Vidal; la concejala de Cultura, Isabel Pérez, o al vicerrector del Campus, Juan Francisco Gálvez; o a los miembros del equipo artístico de la película ourensana Pradolongo, incluido su director, Ignacio Vilar, que recibirían el premio sorpresa durante el acto de manos del gerente del Festival, Enrique Nicanor.
Los actores Rubén Ríos y Uxía Blanco, al igual que en la gala de apertura, fueron los encargados de conducir el evento.
El discurso de bienvenida corrió a cargo de Enrique Nicanor, director gerente del certamen, que explicó que hace un año teníamos aquí unos calderos vacíos que necesitábamos llenar con ideas de cine de calidad internacional, y los encargados de hacerlo fueron los prestigiosos miembros de este jurado. Manifestó también sentirse orgulloso por lograr que el festival cinematográfico se transformara en un pequeño barco que ya comienza a navegar en aguas internacionales, con todas las dificultades que eso supone.
Tras el discurso inaugural llegó la entrega de premios en sus diferentes categorías, contando con la presencia de los jurados de las categorías de largometrajes, documentales, cortos, animación, nuevos media y eixo atlántico; así como las dedicaciones especiales a la ciudad de Vigo y A Coruña, por lo que a la gala asistieron el teniente de alcalde de Vigo, Santiago Domínguez Olveira, y la concejala de Cultura de A Coruña, María José Bravo.
Entrega de premios
Pese a algunos fallos en el sonido y en la proyección de imágenes, la entrega de premios se desarrolló con normalidad. Uno a uno, los galardonados fueron subiendo al escenario, abriendo el fuego la actriz iraní Sara Siadatnejad, seguida por el alemán Mateo Wansing, el británico Jakub Polak, la uruguaya Roxana Blanco, el productor húngaro András Ozorai, los directores franceses Zhenchen Liu y Yann Jacquet, el gallego Peque Varela, el japonés Hideaki Kataoka, el inglés Marcal Forés, el argentino Fabián Cristóbal, los suizos Reto Caffi y Kevin Merz, y el chileno Gabriel Agosín. Todos agradecieron el reconocimiento, y destacaron con total unanimidad el alto nivel gastronómico ourensano.
El momento más esperado de la gala llegó cuando el director alemán Christian Klandt y el productor británico Martin Lischke subieron al escenario para recibir la Gran Calpurnia por el mejor largometraje por la cinta Welstand, Ciudad del mundo. El director Klandt aprovechó para dedicar el premio a todos los vagabundos maltratados en el mundo (tema que aborda su filme) y explicó que su trabajo como cineasta es su misión y el cine su arma para luchar contra las injusticias.
Un referente internacional de la diversidad cultural
La presidenta del jurado, Jaqueline Pierreux, experta internacional en medios audiovisuales, fue la encargada de entregar la Calpurnia al mejor largometraje del certamen cinematográfico, al director alemán Christian Klant. Pierreux aprovechó su intervención para felicitar a Enrique Nicanor por lograr que el festival ourensano se convirtiera en un referente internacional de la diversidad cultural, pues según aclaró todos los cineastas y directores invitados al festival pudieron disfrutar de un ambiente en el que convivían en todo momento, el respeto y la amabilidad.
La presidenta del jurado agradeció además el gran apoyo ins titucional mostrado por el teniente de alcalde, Alexandre Sánchez Vidal, y por la concejala de Cultura, Isabel Pérez, presentes en la primera fila.
Además, destacó el papel que tuvieron los demás componentes del jurado, en especial los cineastas Xavier Arthuys, Marina Ann Eich y Raúl Veiga Rouriz.
El director gerente del Festival, Enrique Nicanor, destacó en su despedida la participación de algunos de los componentes del jurado en el Foro Academia Aberta, organizado por la Axencia Galega Audiovisual, y en las tres lecciones magistrales -master class- promovidas por el programa de empresarios cinematográficos europeos EAVE.
Como no podía ser de otra forma, personalidades políticas y cargos institucionales ocuparon las primeras filas de la sala. Entre ellos, representantes de la vida cultural y educativa de la ciudad. Así, en el Auditorio se vio al director xeral de Comunicación Audiovisual, Manuel Fernández Iglesias; el teniente de alcalde de Ourense, Alexandre Sánchez Vidal; la concejala de Cultura, Isabel Pérez, o al vicerrector del Campus, Juan Francisco Gálvez; o a los miembros del equipo artístico de la película ourensana Pradolongo, incluido su director, Ignacio Vilar, que recibirían el premio sorpresa durante el acto de manos del gerente del Festival, Enrique Nicanor.
Los actores Rubén Ríos y Uxía Blanco, al igual que en la gala de apertura, fueron los encargados de conducir el evento.
El discurso de bienvenida corrió a cargo de Enrique Nicanor, director gerente del certamen, que explicó que hace un año teníamos aquí unos calderos vacíos que necesitábamos llenar con ideas de cine de calidad internacional, y los encargados de hacerlo fueron los prestigiosos miembros de este jurado. Manifestó también sentirse orgulloso por lograr que el festival cinematográfico se transformara en un pequeño barco que ya comienza a navegar en aguas internacionales, con todas las dificultades que eso supone.
Tras el discurso inaugural llegó la entrega de premios en sus diferentes categorías, contando con la presencia de los jurados de las categorías de largometrajes, documentales, cortos, animación, nuevos media y eixo atlántico; así como las dedicaciones especiales a la ciudad de Vigo y A Coruña, por lo que a la gala asistieron el teniente de alcalde de Vigo, Santiago Domínguez Olveira, y la concejala de Cultura de A Coruña, María José Bravo.
Entrega de premios
Pese a algunos fallos en el sonido y en la proyección de imágenes, la entrega de premios se desarrolló con normalidad. Uno a uno, los galardonados fueron subiendo al escenario, abriendo el fuego la actriz iraní Sara Siadatnejad, seguida por el alemán Mateo Wansing, el británico Jakub Polak, la uruguaya Roxana Blanco, el productor húngaro András Ozorai, los directores franceses Zhenchen Liu y Yann Jacquet, el gallego Peque Varela, el japonés Hideaki Kataoka, el inglés Marcal Forés, el argentino Fabián Cristóbal, los suizos Reto Caffi y Kevin Merz, y el chileno Gabriel Agosín. Todos agradecieron el reconocimiento, y destacaron con total unanimidad el alto nivel gastronómico ourensano.
El momento más esperado de la gala llegó cuando el director alemán Christian Klandt y el productor británico Martin Lischke subieron al escenario para recibir la Gran Calpurnia por el mejor largometraje por la cinta Welstand, Ciudad del mundo. El director Klandt aprovechó para dedicar el premio a todos los vagabundos maltratados en el mundo (tema que aborda su filme) y explicó que su trabajo como cineasta es su misión y el cine su arma para luchar contra las injusticias.
Un referente internacional de la diversidad cultural
La presidenta del jurado, Jaqueline Pierreux, experta internacional en medios audiovisuales, fue la encargada de entregar la Calpurnia al mejor largometraje del certamen cinematográfico, al director alemán Christian Klant. Pierreux aprovechó su intervención para felicitar a Enrique Nicanor por lograr que el festival ourensano se convirtiera en un referente internacional de la diversidad cultural, pues según aclaró todos los cineastas y directores invitados al festival pudieron disfrutar de un ambiente en el que convivían en todo momento, el respeto y la amabilidad.
La presidenta del jurado agradeció además el gran apoyo ins titucional mostrado por el teniente de alcalde, Alexandre Sánchez Vidal, y por la concejala de Cultura, Isabel Pérez, presentes en la primera fila.
Además, destacó el papel que tuvieron los demás componentes del jurado, en especial los cineastas Xavier Arthuys, Marina Ann Eich y Raúl Veiga Rouriz.
El director gerente del Festival, Enrique Nicanor, destacó en su despedida la participación de algunos de los componentes del jurado en el Foro Academia Aberta, organizado por la Axencia Galega Audiovisual, y en las tres lecciones magistrales -master class- promovidas por el programa de empresarios cinematográficos europeos EAVE.
