Setenta ourensanos fueron estafados en lo que va de año

Timadores profesionales actúan en Ourense haciéndose pasar por inspectores del gas y del Catastro

Un operario descarga una bombona. Una de las estafas se produce con sus revisiones. (Foto: Archivo)
Setenta ourensanos denunciaron este año haber sido víctimas de una estafa tras abrir su domicilio a personas que se hacían pasar por técnicos de la Xunta y del gas. Los timadores utilizaron como gancho el recibo del Catastro y las gomas del butano.
La Policía Nacional advertía ayer de la presencia de varios timadores en las calles de la ciudad que se hacen pasar por técnicos de la Xunta y de empresas de suministro de gas. No es la primera vez que los timadores se pasean por Ourense, dado que un total de 70 vecinos denunciaron en lo que va de año haber sido víctimas de una estafa después de abrir las puertas de su domicilio a supuestos técnicos de la Xunta para subsanar irregularidades que presentaban sus propiedades en el Catastro y el cambio de las gomas y reguladores del butano. ‘Se personan en un domicilio y, tras acreditarse, alertan al dueño de que tiene varias irregularidades en el Catrasto. Acto seguido le piden los recibos y se comprometen a subsanar los errores’, dijo el comisario Ángel Barrera.

Los timadores suelen realizar una llamada por teléfono e informan a la víctima de que todos los problemas que tenía en el Catastro ya estaban resueltos, ‘pero debe abonar cantidades que van desde los 100 a los 200 euros’, añadió Ángel Barrera, recordando que los falsos técnicos de la Xunta tienen preferencia por aquellos domicilios en los que residen personas de la tercera edad, ‘que no quieren problemas con la Administración, son fáciles de convencer y mucho más vulnerables’, apuntó el comisario.

Otros de los timadores detec tados se hacen pasar por técnicos de empresas de gas. Se acreditan con un falso carné, en el que puede llegar a figurar el nombre de una empresa legal y con la que no están relacionados. En este caso también tienen preferencia por los domicilios de las personas mayores o las viviendas de alquiler y utilizan como gancho el cambio de las gomas y reguladores que hay entre la botella de butano y el fogón de la cocina, calentador, estufas u otros electrodomésticos, por lo que suelen cobrar cantidades ‘que van desde los 250 a los 350 euros, que reflejan en una factura falsificada y que no tiene ningún valor’, apuntó Ángel Barrera.

Las empresas avisan


La revisión oficial de la instalación de gas ‘cuesta 60 euros, e incluye un regulador gratis y un seguro de 60.000 euros’, señaló ayer el gerente de Burgas Distribuciones, David Carnero, que presta servicio a la ciudad, además de Empresas Reunidas. David Carnero también detectó la presencia de los timadores y avisaba a la problación que su empresa tiene una base de datos y suele enviar una carta con antelación a los usuarios para realizar la inspección. ‘Además llamamos al cliente días antes para fijar la hora que estime oportuna, le damos el nombre del técnico, que se desplaza debidamente acreditado y con un coche rotulado’, afirmó el gerente.

Renace el timo ‘del pariente’


Las fuerzas de seguridad llevan más de un mes siguiendo los pasos de los presuntos estafadores pero las pesquisas no dieron resultado. Según los datos que maneja la Comisaria, su campo de actuación está siendo la ciudad y sus alrededores, aunque hay días que se desplazan hacia las villas. Una vez reconocidos suelen trasladarse a otras provincias para regresar a Ourense pasados dos o tres meses.

Los timadores, según los datos que maneja la Policía Nacional, suelen ser hombres y mujeres según los casos. Los primeros se encargan de escoger a las víctimas para estafarlas utilizando el recibo del Catastro y las revisiones de gas y las segundas, que suelen ser sus compañeras sentimentales, se dedican a realizar otro timo: ‘el del pariente’. ‘Buscan a una víctima que tenga un familiar en el extranjero y se hacen pasar por un pariente o un conocido suyo’, explicó el comisario. Después le dicen, en unos casos, que está en apuros y precisa de dinero, que aseguran que devolverían en días posteriores. Otras veces ponen como excusa que es el familiar de la víctima el que está en apuros y les encargó que les pidiera dinero, dado que no puede llamarlos al encontrarse convaleciente en un hospital.

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