REPORTAJE

“Todos podemos ser ellos"

photo_camera Angeles Fernández, Sofía Godoy y Alfonso Díaz, en el taller de artesanía de la asociación Morea.

La asociación de familiares y enfermos mentales Morea reclama eliminar tabúes y apostar por la inclusión para evitar que las personas con estas patologías "se sientan invisibles". Un total de 600 asociados reciben su apoyo

Alfonso Díaz, director de la asociación de familiares y enfermos mentales Morea, llamaba  ayer a "derribar muros y no marginar" a los enfermos mentales resaltando que "las personas con esquizofrenia no son violentas". Díaz animó a "eliminar ese tabú y ser inclusivos para evitar que se sientan invisibles".

El director de Morea hizo estas declaraciones en el marco de la visita de la concejal de Asuntos Sociales del Concello  de Ourense, Sofía Godoy, cuyo departamento apoya económicamente a Morea con 23.275 euros anuales a fin de  "promover la salud y favorecer la integración social" de las personas.

Un total de 52 afectados por esquizofrenia pasan cada día por las instalaciones de Morea en la  calle Coruña.  600 personas asociadas reciben su apoyo. Morea atendió en el pasado año 341 demandas de información y asesoró a 280 personas.

Sofía Godoy ahondó en la relevancia de "apoyar a este colectivo importante pero invisible para favorecer su integración". 

Por su parte, la presidenta de la asociación ourensana, Angeles Fernández,  con dos hijos afectados por esquizofrenia, resaltó la importancia de "sensibilizar  a la ciudadanía sobre las personas afectadas por enfermedades mentales".  Afirmó además que "nadie está libre de verse afectado por esta problemática". Fernández recordó que para los enfermos de esquizofrenia, y también para sus familias, es "fundamental seguir estrictamente los tratamientos por lo que deben estar supervisados constantemente". 

En la opinión de la presidenta de Morea,  "es primordial la aceptación de la enfermedad y las familias deben entenderlo, asumirlo y ayudarles". Lo principal es "aceptar y entender". En este sentido, hizo una llamada de atención ya que, "al ser una enfermedad que no provoca dolor físico, no es tan fácil ser constantes con los tratamientos". 

"La esquizofrenia puede sobrevenir a cualquier edad y nadie está libre" insistió Ángeles Fernández. Y avisó: "Todos podemos ser ellos". 

Hay ocasiones en las que los cambios en las personas "se achacan a la rebeldía de la edad o al carácter, lo cual lleva a que en algunas ocasiones se malinterpreten los signos". De ahí, explicó, que "algunas familias se nieguen a reconocer el problema provocando que éste se agrave".  En este aspecto, lamentó que "hay jóvenes que evolucionan sin aceptar su problema y terminan dejando los estudios y tirando su vida". Años más tarde "se preguntan qué ha ocurrido y su vida donde ha quedado", por ello la importancia de detectarlo y  apoyarles "para que puedan encauzar sus vidas". n

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