Infraestructuras

El tráfico en el perímetro de la ciudad baja de los 200.000 vehículos diarios

N-120. Operación retorno, puente Constitució
photo_camera Tráfico lento en la tarde de este domingo en la N-120 a su paso por la ciudad.

Mientras el volumen global se estanca, el acceso centro de la A-52 ya roza una intensidad media de 18.000 coches por jornada

El tráfico alrededor del casco urbano de la ciudad de Ourense sufrió en 2017 un ligero estancamiento (-2%) respecto a los ejercicios precedentes al situarse por debajo de la barrera de los 200.000 vehículos diarios (197.540), algo que no sucedía desde 2013, según los datos recopilados por el Ministerio de Fomento y la Consellería de Infraestruturas, responsables de los viales periféricos de la urbe ourensana, que continúa esperando –y seguirá al menos hasta la próxima década- por la construcción de su circunvalación norte, que debe aliviar la intensidad de vehículos que sufren en puntos como el barrio de O Pino o la avenida de Santiago.

El vial proyectado por el Ministerio de Fomento, con punto de inicio en Eirasvedras y diseñado para no tocar el casco urbano y enlazar con Cambeo (Coles), debe convertirse también en un respiro para el barrio de O Couto y la zona de Os Remedios, que cada año soportan un mayor volumen de vehículos, como demuestra la intensidad media diaria detectada en las mediciones en el acceso centro desde la A-52, donde circulaban en 2017 ya casi 18.000 vehículos diarios, un 2,54% más que el año anterior, un incremento que también se nota en la avenida ribeira Sacra, con 9.762 coches, una cifra también un 2% por encima de los datos registrados en 2016.


Proyectos


La variante norte no solo es una infraestructura clave para mejorar la movilidad en Ourense, como apuntan los profesionales del sector de las autoescuelas o del taxi, que coinciden en señalar la falta de alternativas a viales ya congestionados, sino también para posibilitar el desarrollo del entorno del Miño con el bulevar termal, permitiendo así aliviar el tráfico para los vecinos de O Pino y de las viviendas sociales junto a la estación de autobuses, que manifiestan periódicamente su preocupación por la nula humanización de la zona, provocada en parte por los más de 21.400 vehículos que circulan al día junto a las antiguas instalaciones del matadero municipal.

La mayor intensidad de tráfico en el entorno de Ourense se produce sin embargo por el oeste, en el tramo de la N-525 entre el Puente Ribeiriño y el cruce con Marcelo Macías, por donde circulan más de 28.600 vehículos cada día, una cifra que unos kilómetros más adelante, en la confluencia con el vial que da acceso a la autovía A-52 en su salida sur, se reduce hasta los 21.599 coches.

Por la zona oeste, la ciudad también espera desde hace años por la construcción de la ronda bulevar, pensada para unir los barrios de O Couto y Mariñamansa y completar así el anillo de circunvalación que debía configurar junto a las variantes norte, sin nada en obras, y este, con solo el tramo entre Benposta y Os Viros en funcionamiento.


Otros tramos


La OU-536, con parte de su recorrido por la avenida Otero Pedrayo, también es una carretera con elevada densidad de tráfico, situándose la intensidad media, según los datos aportados por la Consellería de Infraestruturas, de unos 12.652 vehículos por jornada, que se reducen a la mitad en la rotonda de O Afiador, entre la avenida Otero Pedrayo y la rúa Alfonso Rodríguez Castelao.

Por su parte, la avenida de Santiago, incluida en la N-525, también se ve aquejada por un tránsito alto de vehículos, lo que se deja sentir también en la contaminación acústica que soportan los vecinos, que sufren niveles de ruido excesivos. A su paso por Cudeiro, la N-525 presenta una intensidad media diaria de 11.405 vehículos, mientras que en el puente sobre la vía del tren pasan unos 9.000.

La N-120, a su paso por la parroquia de Velle, o el enlace de esta nacional con la N-525 sobre la presa, también aumentaron su tráfico respecto a 2016, con 12.000 y 7.700 vehículos al día, según las estadísticas publicadas.


Retenciones de casi cuatro kilómetros en la N-120


La jornada de operación retorno del puente festivo de la Constitución, que invitó a muchos ourensanos a pasar unos días fuera de la ciudad, acabó con importantes retenciones en la tarde de ayer, viéndose perjudicados centenares de conductores en la N-120, en dirección hacia la ciudad desde Os Peares, con unas retenciones que se prolongaron entre tres o cuatro kilómetros, según usuarios damnificados.

El atasco se hizo visible en las inmediaciones del centro comercial Ponte Vella y de las rotondas que desembocan en el acceso centro de la A-52, uno de los puntos más transitados en Ourense, como demuestran recurrentemente los datos de aforo de la estación de la que dispone el Ministerio de Fomento.


Reformas en las vías de la Xunta, las únicas mejoras


Con el proyecto de la variante norte pendiente del empuje definitivo del Ministerio de Fomento para poderimg_8878_result licitar las obras, las mejoras para la circulación en la ciudad de Ourense se han ceñido en los últimos tiempos a las actuaciones ejecutadas por la Xunta en las vías de su titularidad, proyectos ya finalizados como la mejora de la carretera de A Granxa (OU-101), en la que se han habilitado rotondas y pasos elevados para pacificar el tráfico; en marcha en la actualidad, como en la avenida Otero Pedrayo (OU-536) o la carretera de Seixalbo (OU-105); o que se realizarán en los próximos meses, como la mejora en la avenida de Marcelo Macías, incluida dentro del convenio firmado recientemente entre la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, y el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez.

En lo que respecta a la obra ya finalizada, en la carretera de A Ganxa, la Xunta realizó una inversión de unos 87.000 euros en  el verano de 2016, repintando la calzada y habilitando una rotonda para acceder al barrio de A Inmaculada. Además, carriles para girar junto a Barrocás contribuyeron a la mejora de la seguridad.

img_8874_resultPor otro lado, están en ejecución dos actuaciones con un presupuesto conjunto de cerca de 2,5 millones, la mayor parte destinados a la obra de la avenida Otero Pedrayo, que la Consellería de Infraestruturas prevé concluir en semanas. Descartado el soterramiento que permitiría unir los dos campus, la actuación se ha centrado en la construcción de dos glorietas, una en el acceso a la universidad y otra en A Rabaza, así como en habilitar un nuevo paso de peatones y mejorar los viales auxiliares, así como todas las conexiones de saneamiento e iluminación.

Mientras, está todavía en una fase más incipiente la reforma de la OU-105 en Seixalbo, que requiere una inversión de algo más de 600.000 euros y que estará concluida el próximo verano, al fijarse un plazo de ejecución de 12 meses. Carriles centrales de espera, nuevas aceras, pasos de peatones con semáforos con pulsador o un carril específico para ciclistas están contemplados en el proyecto.lri1-archive-2018-11-21-1op3129__result

Esta actuación tendrá una segunda fase, incluida en el convenio firmado entre Xunta y Concello hace unos días, que permitirá actuar en el entorno del tanatorio de As Burgas.

Otra obra contemplada en el acuerdo entre administraciones será la de Marcelo Macías. Con una inversión que superará el millón de euros, se buscará poner a punto el deteriorado firme y dar una solución a los problemas con las canalizaciones, surgidos tras la última reforma realizada hace una década. El acuerdo con la Xunta contempla que esta vía pase a ser de titularidad del Concello a la conclusión de los trabajos. 


La movilidad por el tramo urbano de la A-52, lastrada por la bajada de velocidad


Pese a que el Ministerio de Fomento ha ejecutado ya obras de mejora del firme en el tramo urbano de la A-52, para recuperar un trazado desgastado por el paso del tiempo y lastrado por la falta de inversión en su mantenimiento, la movilidad de los miles de conductores que circulan cada día por la vía que vertebra el sur de Galicia sigue condicionada por la reducción de la velocidad máxima a 100 kilómetros por hora, que se mantiene durante muchos kilómetros, en concreto entre el túnel de Alongos y el acceso centro a la ciudad de Ourense.

Fomento incumple así el compromiso manifestado hace unos meses coincidiendo con el inicio de los trabajos de reposición del firme, cuando aseguró que una vez finalizados y la calzada volviera a pintarse se repondría la velocidad máxima a los 120 kilómetros por hora que hay, por costumbre, en las autovías y autopistas españolas

Este escenario se reproduce también en otros puntos de la A-52, a su paso por las comarcas de A Limia y Monterrei, donde los conductores tienen que circular largos tramos con una velocidad máxima de 100 kilómetros. Esta circunstancia ha motivado las quejas de los usuarios. Sectores como el del transporte también urgen una inversión adecuada por parte del Estado para el mantenimiento de la vía. 

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