La basura se acumula en este entorno de propiedad privada, muy cerca del parque de Montealegre, ocasionando un gran impacto ambiental

El último magosto convirtió el monte de As Caracochas en un vertedero

Restos de hogueras y plásticos, junto a la maleza.
La fiesta del magosto dejó secuelas en la ciudad y alrededores, y hasta qué punto.
La cara desagradable de la tradición popular aún podía verse ayer en la zona de As Caracochas, hacia la urbanización de Monterrei, donde el fin de semana se organizaron decenas de hogueras donde asar chorizos, castañas y hasta churrascos, con la sana intención de festejar a San Martiño y, de paso, entregarse al botellón; claro que al final faltó el comportamiento cívico que debe exigirse a todo ciudadano, y las hogueras dejaron paso a kilos de basura que todavía campan a sus anchas por la zona de monte donde se desarrolló mayoritariamente la fiesta. Botes de bebidas, plásticos, papeles, servilletas, pequeñas estructuras plásticas montadas sobre palos para prevenir una posible jornada de lluvia y donde guarecerse para comer las castañas, bolsas vacías de supermercado -con las que se trasladaron las bebidas del botellón y la comida-, restos de fruta destrozada, incluso restos de mobiliario totalmente rotos y cartones que se cuentan por decenas,mandan entre rocas y maleza, causando una pésima imagen de esta zona de la ciudad.

El vertedero fruto del magosto se ubica metros arriba del parque forestal de Montealegre, en los accesos desde este entorno hacia Pereiro de Aguiar, en los aledaños de los centros de menores. Es el llamado monte de As Caracochas, cerca del nuevo depósito de agua potable que construyó Acuanorte, dentro todavía del Concello de Ourense pero en el límite con Pereiro, un entorno de propiedad privada (pertenece a varios empresarios y particulares de Ourense) que no está vallado y que es lugar demandado para esta fiesta cada año, desde que se han puesto restricciones y controles al uso de los espacios pertenecientes al parque de Montealegre (ahí también hay una zona abierta a la realización de hogueras, pero que está ya perfectamente limpia).

Responsables de los concellos de Ourense y Pereiro se han apresurado a afirmar que el terreno que acumula la basura es privado, ni siquiera comunal, como sí ocurre hacia Ceboliño, por lo que la limpieza de este espontáneo vertedero está aún por ver. Puede que quede irremediablemente instalado en el monte si sus propietarios no lo limpian o el Consistorio no les obliga a hacerlo, para lo que tendría que localizarlos e iniciar un largo proceso burocrático hasta lograr el objetivo. También tiene capacidad para asumir de oficio las labores de limpieza, aunque la orden todavía no se había dado ayer.

Sí está perfectamente limpio el espacio donde el Concello de Ourense autorizó magostos el fin de semana, una zona adscrita al parque pero fuera del área de obras y de las instalaciones del que iba a ser el jardín botánico de la ciudad, para evitar daños a las infraestructuras construidas.

Fuentes policiales consultadas han precisado que el pasado fin de semana parte del botellón se trasladó a estos entornos, donde los jóvenes bebieron hasta altas horas de la madrugada aprovechando las hogueras. Realmente, los vándalos camparon a sus anchas sin que las fuerzas del orden vigilasen o controlasen la fiesta.

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