VIAJE EN EL TIEMPO

Viaje a la belle époque de la mano de Bela Auria

photo_camera Una cantante de la belle epoque pone una de las notas musicales de la Bela Auria de este año.

Música de gaitas, swing, cine mudo acompañado de notas al piano, títeres, juegos de maricastaña (la rana, el aro, los zancos...) y mucho vestuario de época para sumergirse en los felices años 20 del siglo pasado con la Bela Auria.

El jardín de O Posío se convirtió durante la jornada de ayer en un túnel del tiempo. Al traspasar alguna de sus cuatro puertas, mudaba de repente el vestuario, pasando de las sudaderas a los chalecos y de la cabeza al descubierto al bombín o el sombrero de paja. La Bela Auria se había instalado en el Posío, recreando el ambiente de los felices veinte, la belle epoque, con los vestidos flapper y las plumas en las mujeres y la boina y los bigotes recortados  en los hombres.

"Ésta es la fiesta del patrimonio cultural de Ourense y cuenta con actividades para toda la familia, especialmente para aquellas que vienen  con niños", explica Óscar Penín, miembro de la organización, que pasea arriba y abajo perfectamente trajeado con su chaqueta de cuadros, su pañuelo al cuello y su boina, como si acabar de salir de la zarzuela "La verbena de La Paloma".
Una banda de gaitas encadena melodías en la entrada al parque desde el casco viejo y a su lado, un grupo de personas de la organización ofrece café al viejo estilo, justo al lado de una recreación del clásico establecimiento "La Bilbaína", que estaba ubicado "en la calle Paseo", según explica Óscar Penín.

Un poco más allá, los miembros de la Asociación Ourensana de Esgrima Antigua hacen una exhibición de su maestría con las armas blancas y tras ellos, ya en la zona ajardinada, cinco jóvenes de la Asociación Universitaria de Ciencias de la Educación ofrecen a pequeños y mayores disfrutar de juegos clásicos, como la rana, el aro, el trompo o los zancos. "Moitos xa nin medramos con estos xogos e o bonito e ver como os maiores son as veces os que nos enseñan a nós como disfrutalos", explica Serxio Souto, miembro de la asociación.

No queda aquí, un dúo pone el swing a la jornada con sus melodías, mientras se prepara la gente para la sesión vermú. Y junto a ellos, un poco más allá, al lado del lago con cisnes y patos, un titiritero con su "titiricleta" hace las delicias de los más pequeños, buscando su complicidad en cada juego, frase o canción.

Los niños son sin duda los grandes protagonistas en esta jornada, disfrutando del taller de elaboración de castillos o castros con cartón, o de la fortaleza de Ferro Couselo, o fotografiándose al mando de alguno de los nuevos artilugios que ha traído el "nuevo siglo" -el siglo XX recién estrenado en este microcosmos del Posío-, como son el coche o el avión. Todo un salto en el tiempo y un día para reivindicar la vieja y bella Auria.n

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